El carismático actor y modelo Jorge Luis Estrella, prófugo del asalto al Banco Popular, se entrega en Punta Cana a través del periodista Roberto Cavada.
Por Valentina Garcia
En la sosegada y luminosa tarde de Punta Cana, el sol irradiaba una calidez que prometía un día apacible. Sin embargo, la tranquilidad de la escena era solo aparente. Jorge Luis Estrella Arias, de 36 años, un hombre de figura imponente y sonrisa enigmática, atravesaba el umbral de un momento decisivo. Aquel hombre, conocido por su carrera como actor y modelo de Onlyfans, se encontraba en el ojo de un torbellino mediático. Acusado de participar en el asalto al Banco Popular, su historia parecía sacada de las páginas de una novela, donde la realidad y la ficción se entrelazan en un relato insospechado.
La noticia de su entrega recorrió las calles como un murmullo de mariposas en pleno vuelo. Jorge Luis, quien también era miembro de la Academia Procamp y reconocido por su carisma y empatía, optó por entregarse a las autoridades, un acto que resonaba con el peso de la inevitabilidad del destino. Fue a través del periodista Roberto Cavada, una figura emblemática del noticiero Telesistema, que decidió dar este paso. Diego Pesqueira, el vocero de la Policía Nacional, confirmó que el encuentro se había llevado a cabo con la meticulosidad de un acto teatral, donde cada movimiento estaba cargado de significado.
El coronel Dicló, un hombre de principios firmes y mirada penetrante, estaba presente en el momento de la detención. En el tranquilo ambiente de Punta Cana, garantizó los derechos de Jorge Luis con la solemnidad de un ritual antiguo. Las palabras del coronel eran claras y firmes: "Será trasladado a la capital". Este traslado, un viaje que atravesaba el corazón de la isla, simbolizaba más que un simple cambio de ubicación; era el tránsito hacia un nuevo capítulo en la vida de Jorge Luis, un desenlace que aún estaba por escribirse.
Jorge Luis Estrella no era un hombre común. Su vida, marcada por la dualidad de la fama y la infamia, ahora tomaba un giro inesperado. "Un hombre carismático, espontáneo, alegre, empático y muy humano", así lo describían quienes lo conocían. Este acto de entrega, cargado de simbolismo y drama, añadía una nueva dimensión a su compleja personalidad. La capital, con su bullicio y ritmo frenético, aguardaba su llegada con la expectación propia de un público ante el final de una obra de teatro.
En las próximas horas, más detalles de su implicación en el asalto al Banco Popular serían revelados. Las autoridades continuarían su labor para esclarecer los hechos, mientras la historia de Jorge Luis Estrella se seguía escribiendo, una línea a la vez, en los anales de la justicia y la memoria colectiva.
