Por La Confidente
En un rincón discreto de uno de esos restaurantes de la capital donde los acuerdos se sellan en susurros y miradas cómplices, La Confidente observaba sin ser vista. Dos de los siete precandidatos presidenciales del PRM, figuras que de día se muestran sonrientes y firmes, pero que en las sombras juegan otro partido, habían elegido ese lugar para una cita estratégica. ¿Casualidad? Difícilmente. La Confidente lo sabía bien: en política, nada ocurre por accidente.
El encuentro, que habría pasado desapercibido para cualquiera, no escapó al ojo atento de quien siempre anda entre pasillos y tras bastidores. Allí, en una mesa apartada, se discutía más que un simple almuerzo. Ambos precandidatos compartían un pacto secreto, uno de esos que se tejen con hilos finos y promesas no pronunciadas en público. Sabían que no podían respaldar abiertamente el controvertido proyecto de Ley de Modernización Fiscal que el presidente Luis Abinader había presentado ante la Cámara de Diputados. ¿Y por qué no? El pueblo, siempre atento y con el oído en tierra, rechazaba con fuerza la propuesta. Y ellos, conscientes de que un apoyo explícito sería como echarle tierra a sus aspiraciones, preferían moverse con cautela.
Así se resolvía la primera parte del plan: callar, no comprometerse, porque el que guarda silencio a veces gana. Pero claro, como dice el refrán cibaeño, "perro que no camina, no encuentra hueso".
Apenas unos días después, es decir, anoche, el presidente Abinader decidió retirar el proyecto, desatando diversas reacciones. Y ahí, como era de esperarse, los mismos precandidatos volvieron a reunirse en el mismo restaurante. ¿Acaso crees que se trataba de un simple capricho? Nada más lejos de la verdad. La Confidente lo vio claro: esta vez, la estrategia era otra. Ahora se trataba de aprovechar la retirada del proyecto para aparecer como los grandes defensores del pueblo. En un giro calculado, acordaron salir a los medios de comunicación y cantar loas a la "sabia" decisión del mandatario. Qué oportuno, ¿no te parece?
Así, mientras algunos creen que las movidas políticas son cosa del azar, La Confidente sigue tejiendo sus propias conclusiones, escondida entre las sombras y siempre un paso adelante.