En un remoto rincón de República Dominicana, habitantes de Tavera, El Caimito y Sabana Iglesia marcharán el próximo domingo en defensa de sus tierras ancestrales, desafiando a un oscuro proyecto de la EGEHID
Por Valentina Garcia
Hombres y mujeres de los distritos municipales de Tavera, El Caimito y el municipio de Sabana Iglesia se unirán en una encendida jornada de protestas el próximo domingo a las 9:00 a.m., desafiando las sombras que acechan su patrimonio ancestral. En un eco de resistencia, la Asociación Protectora de Tierras Tavera-Bao (APROTABA) lidera esta lucha que tiene como epicentro las majestuosas presas Tavera-Bao.
La Empresa de Generación Hidroeléctrica (EGEHID), envuelta en misteriosos planes que se ocultan tras el velo de una supuesta misión de reforestación del entorno, busca despojar, al margen de la ley, 250 metros de tierra de cada dueño.
La marcha iniciará en el helipuerto (antigua tribuna) del paraje La Presa. Aunque los detalles exactos de la ruta aún se mantienen en reserva, se espera que esta caminata simbolice la determinación de un pueblo que ansía detener el despojo de su patrimonio histórico y cultural.
En una tierra donde los recuerdos del pasado son tan vívidos como los susurros de las palmas y el murmullo del río Yaque, esta lucha recuerda las tragedias y esperanzas. Cincuenta y cuatro años atrás, la ilusión de progreso se convirtió en pesadilla cuando el gobierno dominicano desalojó de forma inhumana y forzosamente a los habitantes de estas tierras ancestrales.
En palabras recientes de Rafael González, conocido como Fito, educador nativo de Yaque Abajo, "Fuimos desalojados y arrojados al monte como si fuéramos animales, cada uno tuvo que construir su casita como pudo".
La presa de Tavera, inaugurada en 1973, se alzó sobre la tristeza de los pobladores, que vieron desaparecer sus cultivos y animales, transformando su modo de vida para siempre.
Hoy, en un sombrío eco de la historia, la tragedia resurge en el corazón de quienes la vivieron, y estos valientes luchadores instan al gobierno a llevar a cabo la reforestación en tierra del Estado, en colaboración con los residentes locales, respetando sus derechos de propiedad y preservando la rica herencia de esta tierra.
El llamado de Fito es claro y contundente: "No estamos en contra de la reforestación, pero estamos en desacuerdo con la forma en que pretenden llevarla a cabo. Simplemente quieren apoderarse de nuestros terrenos. No lo vamos a permitir".
Entre las comunidades que se unirán a las protestas contras los planes macabros que pretende ejecutar la EGEHID sin consultar a los afectados, se encuentran Yaque Abajo, La Presa, El Caimito, La Cabral El Jobo, Conuco Viejo, Los Camarones, El Polvazo, así como Guanajuma en la presa de Bao, entre otras.
La historia podría repetirse como un fantasma en esta tierra, donde el pasado y el presente se entrelazan en una lucha por preservar no sólo tierras, sino también la identidad y el legado de un pueblo que se niega a ser borrado de la historia por un capricho de las máximas autoridades de la EGEHID.
Buenas tardes,
Me recuerdo las historias contada por mis padres. Mi padre que estaba en el exterior (Estados Unidos), regresó para atrás porque habían explotados dinamitas en el área donde vivíamos (cerca del canal donde corre y se ajunta guanajuma y la presa) y los vecinos vinieron al socorro de nosotros.
El gobierno le dieron un par de pesos y se disculparon y eso fue todo.
Nací en lo que era Guardarraya en ese entonces, que ya no existe porque tenían que hacer el camino para que fluyera el río hacia la presa de Taveras.
También mis abuelas Ana Joaquin’s Duran de Perez (QPD) y bis-abuela Damiana Ferreira (QPD) me contaban cómo vivían ellos cerca del río y tenían su iglesia y comunidad. Y fueron desalojados para las montañas arriba.
En 1996 cuando la presa de Taveras estuvo bien seca, descendí y grabé un vídeo y pudimos ver la fundación de lo que quedaba de la iglesia y el cementerio. Recuerdo que mi hijo y mis primos bajamos a ver ese lugar, que siempre está bajo de agua y es solo un recuerdo para los que recuerdan.
J.M.L.D