Por Luis Felipe Lora
La Barrick Gold no es una empresa minera cualquiera. Es el símbolo del saqueo imperialista, de la complicidad de gobiernos títeres y de la devastación ambiental. Hoy, la amenaza es más grave que nunca: bajo la protección del Decreto 270-22, el gobierno de Luis Abinader ha entregado casi 50,000 tareas de tierra a esta multinacional. Este proceso se llevó a cabo sin transparencia, consulta popular ni respeto por la soberanía nacional.
Impactos ambientales y humanos
Las peligrosas presas de cola
Las presas de cola, donde se almacenan desechos tóxicos del procesamiento de minerales, representan una amenaza directa para el medio ambiente y la salud humana. Estos depósitos contienen arsénico, mercurio y cianuro, que pueden filtrarse al suelo y contaminar las fuentes de agua. Los ejemplos internacionales evidencian su peligrosidad:
- Brasil (2015): El colapso de Bento Rodrigues dejó 19 muertos y comunidades destruidas.
- Canadá (2014): La presa de Mount Polley derramó millones de metros cúbicos de desechos en ríos y lagos.
- México (2019): Un derrame de lodos contaminó el río Sonora, afectando a miles de personas.
- Perú (2015): El colapso de la presa de Marcona causó una catástrofe ambiental.
¿Puede alguien garantizar que en Cotuí no ocurrirá lo mismo? Ni Barrick Gold ni el gobierno pueden hacerlo.
Historial de devastación global
Allí donde Barrick Gold opera, quedan rastros de pobreza, destrucción ambiental y represión:
- Argentina: Contaminación del río Jáchal.
- Tanzania: Acusaciones de violaciones de derechos humanos.
- Papúa Nueva Guinea: Resistencia de comunidades indígenas.
- Chile: Proyecto Pascua Lama amenazó fuentes hídricas.
- Filipinas: Devastación minera feroz.
En República Dominicana, Cotuí sigue sumido en la pobreza, mientras el oro extraído engorda los bolsillos de ejecutivos en Toronto. En 2024, el CEO de Barrick Gold, Mark Bristow, recibió más de 17.3 millones de dólares, mientras las comunidades afectadas carecen de agua potable, hospitales e infraestructuras dignas.
Complicidad del Estado
En 2013, el gobierno de Danilo Medina prometió una “renegociación” con Barrick Gold. Sin embargo, solo se adelantaron pagos, dejando intacto el modelo de saqueo. Bajo la administración de Luis Abinader, se han entregado más tierras, reforzando un esquema económico que favorece a las multinacionales en detrimento del pueblo.
Represión en Cotuí
La militarización de Cotuí y la intimidación a los defensores del medio ambiente han impuesto un régimen de terror. Enfrentarse a las armas del Estado por defender la vida y el agua es un acto de valentía que no debe ser ignorado.
Exigencias del pueblo
- Cancelación inmediata de los acuerdos entre el Estado dominicano y Barrick Gold.
- Desmilitarización de Cotuí y cese de la represión.
- Paralización de la construcción de la presa de cola y expulsión definitiva de Barrick Gold.
- Auditoría independiente sobre los daños ambientales y económicos causados.
Conclusión
Las riquezas del país deben beneficiar a sus ciudadanos, no a corporaciones extranjeras. Es momento de actuar para frenar el saqueo. ¡Fuera Barrick Gold de República Dominicana!
