Por John Santos
Sánchez Ramírez, República Dominicana.– Comunidades de las provincias de Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel vivieron la mañana de este miércoles una jornada de movilización masiva contra la minera Barrick Pueblo Viejo. Cientos de personas marcharon para exigir el cumplimiento de normativas internacionales en el reasentamiento de las 600 familias que serán desplazadas por la construcción de una presa de colas, una infraestructura clave para las operaciones de la multinacional.
La marcha, organizada por líderes religiosos y representantes campesinos, culminó frente a las oficinas de la empresa, en medio de un tenso ambiente marcado por un tráfico paralizado en la carretera que une Cotuí y Maimón. "Pedimos respeto y un diálogo equitativo", señalaron los organizadores, que acusan a la minera de ignorar sus demandas.
El descontento se ha intensificado tras un violento episodio durante una manifestación reciente, que dejó ocho heridos, entre ellos un sacerdote. Los manifestantes aseguran estar dispuestos a vender sus tierras, pero exigen un precio justo y condiciones dignas para las familias afectadas.
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Las críticas también apuntan al Gobierno dominicano, al que acusan de militarizar sus comunidades para proteger las obras de la minera. Además, denuncian la contaminación de fuentes de agua provocada por la construcción de una carretera asociada al proyecto.
Entre las comunidades más afectadas figuran El Rayo, Los Naranjos, Los Higo, La Tres Boca, Arroyo Vuelta, Zambrana y Las Lajas. Portando pancartas con lemas reivindicativos, los manifestantes fueron acompañados por efectivos policiales y agentes de tráfico, mientras reclamaban justicia social y ambiental frente a lo que consideran un atropello de la multinacional.
El conflicto se agrava mientras ambas partes siguen sin alcanzar un acuerdo, y la tensión en la región continúa al alza.