Las lluvias torrenciales desatan el caos en Azua y otras provincias

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Por Redacción Diario Cibao

Azua, República Dominicana – Las fuertes lluvias caídas en las ultimas horas, han desatado el caos en la provincia de Azua y otras regiones circundantes. Los ríos Las Cuevas y Guayabal, desbordados por la furia desenfrenada de las aguas, han transformado las calles en verdaderos canales de desolación.

Casas, comunidades enteras y sueños se han sumergido bajo el rugir de la crecida. El lamento se esparce como el eco de un grito en la desesperación.

El Recodo, Las Guamas, Las Avispas y Las Cuevas, comunidades cuyos nombres evocan un pasado lleno de vida y alegría, quedaron atrapadas en un silencio forzado. Sus habitantes se aferran a la esperanza, mientras el agua impide todo contacto con el mundo exterior. Sus voces están ahogadas, pero su espíritu resiliente se mantiene intacto.

Bahoruco, testigo de su propio drama, ha sido golpeado con crueldad. En las horas de la madrugada, las lluvias implacables hicieron colapsar la tranquilidad del Cetro de Tamayo. Treinta y ocho viviendas han sido engullidas por la furia líquida, mientras doce personas luchan por encontrar refugio entre amigos y familiares. Los corazones se encogen, los ojos se llenan de lágrimas impotentes.

En este escenario desolador, el boletín meteorológico de este sábado, emanado del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), advierte sobre la persistencia de la humedad y la inestabilidad que amenaza al territorio nacional. Una vaguada, sombra ominosa en el cielo, parece haber desatado su furia sobre el suelo dominicano.

El COE, guardián incansable de la seguridad ciudadana, ha exhortado a la población a tomar medidas de precaución ante la amenaza inminente de inundaciones repentinas, el crecimiento desbocado de ríos, arroyos y cañadas, así como los deslizamientos de tierra que acechan en cada esquina. El peligro es real y la naturaleza no espera.

En este momento crucial, el ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, ha estrechado la mano del COE en un gesto solidario. A través del Plan Social de la Presidencia y de los Comedores Económicos, se ha prometido apoyo a aquellos que han visto sus hogares arrancados por el embate cruel de la naturaleza. La unidad es la bandera en tiempos de tormenta.

El alcalde de Azua, Wilmori Morel, se ha unido a las autoridades locales y a la Defensa Civil en un esfuerzo conjunto para coordinar las acciones a tomar ante esta situación de emergencia. Los ojos reflejan determinación, la voz se alza en un grito de respuesta ante la adversidad. La unión será su fortaleza en la batalla contra la ira de los elementos.

Las lluvias implacables no han limitado su furia a Azua. Otras provincias también han sentido su embate. Bahoruco, Puerto Plata y San Juan son testigos de viviendas anegadas y comunidades que se han convertido en islas en medio de la desolación. Ríos y cañadas han crecido sin control, rompiendo el lazo vital que une a los pueblos. La tragedia se propaga como un eco en el alma de la nación.

El meteorológico Jean Suriel informo que su cuenta de Twiiter que ya se está desbordando el río de Bastidas, en la vía que comunica Azua con San Juan, por las torrenciales lluvias de las últimas 24 horas.

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