El vehículo en el que viajaban las mujeres, un Kia K5, perdió el control y chocó contra un muro en la vía. Las víctimas habían salido de un centro de diversión en compañía de dos hombres y se dirigían a la comunidad de Tamboril.
Valentina Garcia M.
Santiago, RD
Trágico suceso en Santiago de los Caballeros: Dos jóvenes, Rosanny Nicole Guzman Rosario y Maricelis Chicón Martinez, perdieron la vida en la madrugada del domingo en un infausto accidente de tránsito que enlutó la Ciudad Corazón. Los destinos entrelazados de estos espíritus llenos de juventud y anhelos quedaron abruptamente truncados en la avenida 27 de Febrero, cerca de la comunidad de Pontezuela.
En una travesía que comenzó en la efervescencia de un lugar de entretenimiento y se dirigía hacia la apacible comunidad de Tamboril, la fatalidad acechó como un lobo furtivo. Montados en un automóvil Kia, modelo K5, el destino jugó sus cartas sin aviso, arrebatándoles la vida en un parpadeo.
Las autoridades confirmaron las identidades de estas jóvenes almas que ya no caminarán sobre la tierra. Rosanny, de apenas veinte primaveras, y Marielis, un año mayor, dejaron atrás sueños y esperanzas en ese fatídico choque contra un muro de concreto.
Las tristes noticias no terminan aquí. Dos hombres que acompañaban a las jóvenes también resultaron heridos en el siniestro. Su suerte, aunque incierta, les otorgó una oportunidad de vida. Fueron rápidamente trasladados a un centro asistencial en busca de alivio y sanación.
Mientras tanto, en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Santiago (Inacif), los cuerpos de Rosanny y Marielis descansan, a la espera de las pericias que desentrañen los secretos que el trágico episodio esconde.
En este amargo despertar, la ciudad de Santiago de los Caballeros se viste de luto. Sus calles, testigos mudos del dolor humano, retienen el eco de aquel fatídico instante en que la vida se desvaneció. La juventud, efímera e insospechada, fue cruelmente interrumpida en esta jornada oscura.
Que las historias de Rosanny y Marielis, envueltas en sombras y preguntas sin respuesta, encuentren consuelo en el recuerdo de aquellos que las amaron y en la memoria colectiva de una sociedad que lamenta su temprana partida.
