Convocada por la Coalición de Organizaciones Populares, la huelga en el Cibao genera arrestos, caos en el transporte, cierre de comercios y baja asistencia escolar. Demandas incluyen obras públicas y reducción de tarifas.
En el día de hoy, el Cibao vivió una jornada de protesta con la huelga convocada por la Coalición de Organizaciones Populares. Reporteros de este diario constataron la acogida en la mayoría de las poblaciones, pero también documentaron el caos y la resistencia que se generó en diversas localidades.
Desde tempranas horas, el transporte público se vio prácticamente nulo en la provincia de Santiago, mientras que los negocios cerraron sus puertas mayoritariamente, militarizando la ciudad.
En Licey al Medio, Villa Bisonó (Navarrete) y Salcedo, se registraron actos de violencia con la quema de neumáticos y el lanzamiento de escombros para obstaculizar las calles. Situaciones similares se vivieron en el sector El Ciruelito en Santiago de los Caballeros.
El paro, que inició a las 6:00 a.m. y concluirá a la misma hora del día siguiente, afectó significativamente diversas actividades en distintas provincias.
En La Vega, el tránsito se redujo, numerosos negocios cerraron y más del noventa por ciento de los centros educativos permanecieron cerrados.
En San Francisco de Macorís, las actividades productivas se paralizaron en más de un 80 por ciento, afectando el transporte, el comercio y la docencia en universidades, colegios y escuelas públicas.
Los manifestantes, respaldados por grupos populares, exigen mejoras en servicios públicos, la construcción de obras, así como una rebaja en la factura eléctrica y de los combustibles. La protesta, aunque generó fuertes impactos en varias localidades del Cibao, no fue recibida de la misma manera en Puerto Plata, donde ciudadanos se mostraron indiferentes al llamado a paro.
En esta provincia, el transporte, la educación y el comercio operaron en más de un 90 por ciento de normalidad, desafiando la convocatoria de huelga. Dirigentes de chóferes y mototaxis, que prefirieron mantener el anonimato, argumentaron la necesidad de sostener sus ingresos diarios para mantener a sus familias, optando por no sumarse a la protesta.
