La influencia de la propaganda haitiana en la relación con República Dominicana

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Influencia propagandística haitiana: Impacto en la relación con República Dominicana

Entrelazando engaños en la comunicación: La poderosa maquinaria haitiana y sus estrategias propagandísticas para desacreditar a la República Dominicana en el escenario internacional.

Por Carlos Ricardo Fondeur Moronta

De niño, solía escuchar a mi padre, un pescador aficionado, decir que el buen pescador pesca en río revuelto. Aunque no soy entendido en este deporte, su similitud con el actuar de gentes y países me hace creer que es cierto.

Carlos Ricardo Fondeur Moronta. El autor es periodista, ensayista literario, crítico de cine, articulista, residente en Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Si hay algo que reconocer a la dirigencia política, militar y económica de Haití, es su relación directa con grandes empresarios de la comunicación de Canadá. Estos expertos en propaganda política ofrecen asesorías a candidatos de diversas ideologías y mantienen una extensa comunión con los tejedores de entramados políticos en Haití, dirigidos contra la República Dominicana.

Quien logre entender los métodos de los directores de medios de comunicación masiva de Haití, verá una imagen terrorífica de Paul Joseph Goebbels, un general de la Alemania hitleriana experto en el manejo de la psicología de la comunicación y propaganda. En Haití, alguien coordina estas acciones, un líder en Canadá y otro en la República Dominicana que les sirve de secuaz.

Los haitianos no toleran a periodistas que difieran con su alta dirigencia, siempre enfocada en confrontar con su país vecino. Bajo ninguna circunstancia admiten el más mínimo disentimiento en su proyecto de desacreditar a la República Dominicana ante los organismos internacionales.

Cualquier motivo, válido o no, se magnifica en los principales diarios del mundo, denostando siempre a los dominicanos. Los medios internacionales siguen una tendencia psicológica similar a los métodos de desviación de la realidad utilizados por Goebbels en Alemania, cuyos resultados aún se discuten en las universidades.

Los métodos arbitrarios de manipular la información llegan al extremo de pretender que la pléyade política haitiana nos lleve al rincón del ring en el que ellos ya están posicionados. No existe un método desde el gobierno dominicano para contrarrestar esta embestida propagandística, y es como una granada que nos puede estallar en la cara.

Hablamos en demasía en nuestros pequeños medios locales sin tener un acceso digno en los medios internacionales, con un poder económico de gran peso. Estos representan el motivo oculto de adquirir la nación haitiana, tratando de demostrar que la apoyan mientras sus verdugos se aprovechan de las riquezas en suelo rico, pero albergando a la población más pobre y mancillada de las Américas.

La falta de interés en la creación de un organismo de análisis de la información de seguridad nacional indica la falta de compromiso de los gobiernos. Necesitamos un análisis riguroso con personal experto para obtener informaciones y ponderaciones veraces sobre seguridad del Estado.

El gran problema es que los dominicanos desvirtúan opiniones vertidas por expertos para aceptar simples apreciaciones que nos harán tropezar con la misma piedra.

"Aprobada la absolución de Publio Clodio Pulcro y la marcha del futuro dictador hacia Hispania, dejó para la posteridad una famosa enseñanza plasmada en el refranero popular, mientras decimos que la mentira hay que decirla aunque parezca verdad.

Por vía de las redes sociales, nos llega un boom de páginas, reels y videos que, al llegar el conflicto fronterizo, nos hacen sentir que nos están estrujando la realidad en la cara. YouTube, Meta, Google, y otros, no reconocen que se usan para difamar y mentir.

La frontera domínico-haitiana es un desorden organizado por los ricos haitianos y dominicanos, apoyados por periodistas y comunicadores que buscan pescar en río revuelto para obtener ventajas.

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