Fallece el reverendo Francisco Almonte, figura clave del sacerdocio en La Vega

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Francisco Almonte

El Padre Almonte, destacado párroco de Palmarito y referente espiritual, muere tras celebrar 60 años de ordenación sacerdotal. Deja un extenso legado pastoral y académico.

El último adiós al Padre Almonte, un pilar espiritual de La Vega

Por John Santos

Diario Cibao

La Vega, República Dominicana — En la madrugada de este lunes 9 de diciembre, falleció a los 84 años el reverendo Francisco Almonte, conocido popularmente como el Padre Almonte, párroco de la Iglesia Santiago Bonó de Palmarito.

La noticia de su deceso, tras enfrentar complicaciones de salud que lo mantenían ingresado en un centro médico privado, ha conmocionado a la comunidad de La Vega y al clero dominicano.

Francisco Almonte celebraba este año sus seis décadas de ordenación sacerdotal, un hito que marcó su vida dedicada al servicio pastoral, la educación religiosa y la misión eclesiástica.

Nacido el 21 de mayo de 1939 en Naranjal, La Vega, era hijo de Samuel Almonte y Olinda Valdez. Desde sus primeras etapas educativas en las escuelas de Las Arenas, Cutupú y Río Verde Abajo hasta su formación teológica y canónica en el Pontificio Colegio Pío Latino de Roma, su trayectoria estuvo marcada por el compromiso con la fe y el servicio comunitario.

En 1964, fue ordenado sacerdote por el cardenal Carlos Confalonieri en Roma, iniciando un vasto recorrido en la pastoral y la administración eclesiástica que lo llevó a ocupar múltiples responsabilidades. Fue vicario general de la Diócesis de La Vega, director del Colegio Diocesano Santo Cura de Ars, y formador en los seminarios San Pío X y Santo Tomás de Aquino.

Su labor no se limitó a La Vega, ya que también ejerció como párroco en distintas comunidades del país, entre ellas Bonao, Cotuí, Maimón y Villa Tapia, donde dejó huellas imborrables.

En el ámbito académico, su formación en la Pontificia Universidad Gregoriana y el Pontificio Instituto de Derecho Canónico de Roma le permitió enriquecer la enseñanza y guiar espiritualmente a cientos de fieles.

El legado del Padre Almonte será recordado no solo por su dedicación pastoral, sino también por su espíritu misionero y su capacidad para inspirar a generaciones de sacerdotes. En sus últimos años, sirvió como párroco en Palmarito, donde continuó siendo un faro de fe para su comunidad.

Sus restos serán velados en la Catedral de La Vega, donde se espera una masiva asistencia de fieles, amigos y colegas que acudirán a rendir homenaje a una figura fundamental de la Iglesia católica dominicana.

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