Keire Vargas acusa al exalcalde Abel Martínez de un contacto íntimo cuando era menor. Su abogado insta a una prueba de ADN, advirtiendo que declaraciones públicas podrían empeorar su situación legal.
Redacción de Diario Cibao
Santiago, RD
En el centro de una nueva controversia que sacude a Santiago de los Caballeros, la figura del exalcalde Abel Atahualpa Martínez Durán se ve envuelta en una grave acusación que amenaza con complicar su futuro legal.
Keire Vargas, quien afirma que Martínez es el padre de su hijo de 13 años, ha denunciado públicamente que el primer contacto íntimo entre ambos ocurrió cuando ella era menor de edad, según ha revelado su abogado, Yan Carlos Martínez Segura.
El letrado, en un comunicado emitido recientemente, lanzó una advertencia a Martínez Durán, exhortándolo a actuar con "responsabilidad y rectitud" y a evitar cualquier intento de controlar la narrativa pública sobre el caso, algo que, según Martínez Segura, podría empeorar su situación legal.
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"Hacemos un llamado al señor Abel Atahualpa Martínez Durán a actuar con responsabilidad, sin simulaciones ni manipulaciones", subrayó el abogado, al tiempo que instaba al exalcalde a someterse a una prueba de ADN que permita aclarar de forma definitiva las acusaciones.
Las declaraciones han llegado en un momento en el que la tensión en torno al caso va en aumento, y la propia Vargas ha expresado su temor por la seguridad tanto de su hijo como de su familia. La gravedad de las afirmaciones ha puesto a Martínez en el centro de una tormenta mediática.
Martínez Segura insistió en la importancia de que el exalcalde enfrente las posibles consecuencias de sus actos y no recurra a tácticas evasivas que puedan agravar la situación. En este sentido, alertó sobre "males mayores" si el exalcalde opta por seguir formulando estrategias comunicacionales en lugar de abordar el conflicto de forma directa.
Este caso pone de relieve las dificultades de las figuras públicas para manejar crisis de esta magnitud, especialmente cuando se trata de acusaciones que tienen profundas implicaciones tanto personales como legales. La ciudad de Santiago, expectante, observa el desarrollo de un conflicto que podría extenderse por varios frentes, entre ellos el legal, el mediático y el personal.
