Un hombre, en un inusitado impulso de libertad, arrebató una camioneta policial en Villa Isabela y emprendió un viaje de 20 kilómetros antes de su inevitable captura.
Por Valentina Garcia
Villa Isabela, República Dominicana – Como si lo moviera un extraño arrebato de aventura, el forastero haitiano Teodoro Agustín, desconocido en estas tierras de lomas y salinas, decidió anoche apropiarse de una camioneta de la Policía Nacional en el municipio de Villa Isabela, provincia Puerto Plata.
Nadie sabe con certeza qué pensamientos lo guiaron en aquel atrevimiento, pero lo cierto es que, al notar que los policías descansaban y departían en un comedor de La Llanada, Teodoro vio su oportunidad. Bastó un parpadeo para que se convirtiera en un furtivo conductor de la ley.
Recorrió cerca de 20 kilómetros, y lo habría llevado más lejos su enigmática travesía, si no fuera porque en Los Pilones, un observador avispado, al ver al extranjero al volante del vehículo oficial, dio aviso a las autoridades. Fue entonces que la paz del pueblo se rompió, y en un abrir y cerrar de ojos, un operativo se desplegó entre los caminos y veredas de la región.
La camioneta fue recuperada y su audaz conductor llevado a la comisaría, mientras el susurro de su fuga se deslizaba por los callejones del distrito municipal de La Jaiba, donde la patrulla, ya advertida, esperó pacientemente su llegada.
En el destacamento de Villa Isabela, las autoridades, aún enmudecidas por la insólita escena, interrogan ahora a dos agentes, responsables por aquel descuido que permitió a un desconocido emprender su breve, pero memorable, escapada en un vehículo que se suponía símbolo de orden y autoridad.