Por Yoarem Monegro
El crecimiento descontrolado de la inmigración irregular en Punta Cana plantea interrogantes sobre identidad, turismo y soberanía. ¿Quién debe asumir la responsabilidad?
Para abordar este tema, primero debemos comprender el concepto de Dominicanidad, definido oficialmente por la Presidencia de la República Dominicana:
La Dominicanidad es eso que nos sale por los poros, que se delata en nuestros gestos, en nuestros pensamientos, en nuestra forma de disfrutar la vida y en nuestro amor por la patria. En fin, es eso que nos identifica culturalmente como pueblo.
El contexto de Friusa
El Hoyo de Friusa, ubicado en Bávaro, es parte del Distrito Municipal Turístico Verón-Punta Cana, dentro de la provincia La Altagracia. Esta zona es ampliamente reconocida como un "pequeño Haití" debido a la alta concentración de ciudadanos haitianos, muchos de ellos en condición migratoria irregular.
Cuando hablamos de "establecidos", no necesariamente implica que estén regularizados. La regularización en este contexto es un término ambiguo, pues existe un patrón recurrente de ingreso y permanencia sin cumplir con los requisitos legales.
¿Quién se ve afectado?
Debemos preguntarnos: ¿A quién afecta más esta situación? ¿A la Dominicanidad o a la población asentada en Friusa?
Es evidente que la comunidad extranjera ha logrado una presencia significativa en el principal polo turístico del país. Pero, ¿qué impacto tiene esto en el turismo de Punta Cana? ¿Quiénes realmente se benefician de este conflicto?
El debate sobre este tema ha generado controversia en los medios de comunicación y redes sociales, donde algunos fomentan el enfrentamiento sin medir sus consecuencias.
Impacto en la economía y la identidad nacional
Más allá del turismo, la presencia masiva de ciudadanos extranjeros en condición irregular afecta diversos sectores de la economía. No solo se trata de Friusa; esta realidad también se replica en provincias, barrios de la capital, plazas comerciales y residenciales.
Es imperativo preguntarnos: ¿Quién es responsable de resolver esta problemática? La solución no recae en los ciudadanos, sino en las instituciones encargadas de regular la migración y el mercado laboral.
La necesidad de regulaciones firmes
La crisis migratoria no es un fenómeno nuevo. Durante décadas, se ha permitido el crecimiento de la irregularidad migratoria, beneficiando a ciertos sectores económicos mientras se desatiende el impacto en la identidad y la soberanía nacional.
La solución debe ser institucional y abarcar diversas entidades vinculadas al tema. Es momento de adoptar medidas concretas como:
- Implementar controles migratorios estrictos, pero respetando los derechos humanos.
- Regular las contrataciones laborales en el sector hotelero, priorizando la mano de obra dominicana.
- Aplicar políticas de reciprocidad y prácticas internacionales en deportaciones y regulaciones migratorias.
- Proteger y fortalecer la identidad nacional sin comprometer la estabilidad económica del país.
Tomemos el sartén por el mango
Si queremos resultados diferentes, debemos actuar con determinación. Es hora de valorar y proteger lo que nos pertenece, abrazar nuestra identidad y garantizar que la Dominicanidad prevalezca.
Hagamos patria con acciones concretas. El momento de preservar nuestra soberanía es ahora.
𝙏𝙤𝙢𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙚𝙡 𝙎𝙖𝙧𝙩𝙚́𝙣 𝙋𝙤𝙧 𝙚𝙡 𝙈𝙖𝙣𝙜𝙤 !
@yoaremmonegro
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