Los residentes de Monterrico Primero, en Santiago Oeste, denuncian una década soportando aguas negras y enfermedades. Reunión comunitaria busca exigir respuestas definitivas a CORAASAN.
Por Maria Estrella
Los vecinos de la urbanización Monterrico Primero, en el distrito municipal de Santiago Oeste, han alzado la voz contra un problema que lleva más de diez años afectando su salud y bienestar: la insalubridad provocada por aguas negras que brotan de las cañerías deterioradas, instaladas por la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN).
El líquido maloliente inunda las calles y, en épocas de lluvia, llega incluso a las viviendas, empeorando las condiciones de vida de la comunidad. "El hedor es insoportable y ha hecho que muchos vecinos, especialmente niños y ancianos, sufran enfermedades pulmonares y gastrointestinales", denuncia María Luisa Salcedo, una de las residentes afectadas.
Pese a los reiterados esfuerzos de la Junta de Vecinos, presidida por Guillermo López, las gestiones ante CORAASAN no han dado frutos. López explica que, aunque han sostenido reuniones con las autoridades de la institución, las soluciones prometidas nunca se han materializado.
Ante esta situación, la comunidad ha convocado una nueva reunión para el próximo lunes 25 de noviembre a las seis de la tarde en la casa club de Monterrico Primero. A esta cita se espera la asistencia del director de CORAASAN, Andrés Burgos, quien ha sido invitado, aunque su participación no ha sido confirmada. También estarán presentes el vicepresidente de la junta, Vidal Amparo, y la secretaria, Xiomara Gutiérrez, junto a otros líderes comunitarios.
"Esta reunión será clave para coordinar las acciones necesarias y acabar de una vez con el problema de las aguas residuales", señala López, quien insta a la participación activa de los vecinos.
La comunidad confía en que, tras una década de espera, sus demandas sean finalmente atendidas y que CORAASAN asuma su responsabilidad, poniendo fin a una crisis que afecta no solo la calidad de vida, sino también la salud de toda la urbanización.