Seúl, Corea del Sur – En una histórica jornada política, la Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó este sábado la destitución del presidente Yoon Suk-yeol con 204 votos a favor y 85 en contra, según informó la agencia Yonhap.
El mandatario queda suspendido de sus funciones mientras el Tribunal Constitucional delibera si confirma o revoca la decisión, un proceso que puede extenderse hasta 180 días. Durante este período, el primer ministro, Han Duck-soo, asumirá como presidente interino.
Protestas y tensiones políticas
La votación se produce en medio de un clima de creciente descontento social. En las últimas semanas, decenas de miles de ciudadanos han salido a las calles de Seúl para exigir la destitución de Yoon, cuya popularidad ha caído a mínimos históricos. Manifestantes corearon consignas, realizaron bailes y usaron luces de K-pop como símbolo de protesta en una ola de movilizaciones nocturnas, incluso bajo temperaturas gélidas.
Por otro lado, simpatizantes conservadores del presidente también se congregaron pacíficamente en el centro de la capital para manifestar su apoyo.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, anuncia la introducción de la ley marcial
El decreto de ley marcial y sus consecuencias
Uno de los episodios más controvertidos de esta crisis política fue la emisión de un decreto de ley marcial por parte de Yoon, el primero en más de cuatro décadas en el país. Aunque el decreto fue revocado por el Parlamento tras apenas seis horas de vigencia, generó un caos político que paralizó actividades diplomáticas y afectó los mercados financieros.
El mandatario desplegó fuerzas policiales y militares en un intento de bloquear la votación parlamentaria, una acción que los partidos opositores calificaron como inconstitucional y un acto de rebelión. La moción de destitución acusa a Yoon de “orquestar disturbios” y de intentar socavar la Constitución y amenazar la democracia surcoreana.
El camino hacia el juicio final
El Tribunal Constitucional tiene ahora hasta seis meses para decidir si ratifica la destitución. En caso de confirmarse, se convocará a elecciones presidenciales en un plazo de 60 días para elegir al sucesor de Yoon.
Mientras tanto, en un encendido discurso, el presidente destituido defendió sus acciones y calificó las acusaciones de rebelión como infundadas. Acusó al principal partido opositor, el Partido Democrático, de utilizar su mayoría legislativa para paralizar al gobierno.
Este caso marca el segundo intento de juicio político contra Yoon, luego de que una moción similar fracasara la semana pasada. Sin embargo, esta vez varios legisladores oficialistas decidieron apoyar la destitución, motivados por la presión ciudadana y el desplome en la aprobación del mandatario.
El desenlace de esta crisis será crucial para definir el rumbo político de Corea del Sur en los próximos meses.