Ministro Paliza fue interceptado por patrulla armada en peligrosa avenida de Santiago

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Circunvalación Norte de Santiago. Fuente externa.

El funcionario se dirigía a Puerto Plata cuando dos yipetas oficiales fueron rodeadas por policías y militares en operativo sorpresa.

Por John Santos

SANTIAGO, República Dominicana — La mañana comenzó tranquila para el ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza. Con destino a Puerto Plata, se desplazaba el sábado por la amplia y moderna Circunvalación Norte de Santiago, una carretera de asfalto grueso que serpentea por los márgenes de la ciudad y que, desde hace años, arrastra una reputación inquietante: asaltos a plena luz del día, carreras ilegales y la súbita aparición de patrullas armadas.

Viajaba en una reluciente yipeta negra Tahoe 2025, con otra idéntica siguiéndole de cerca como escolta. A mitad de camino, el convoy redujo la velocidad y se detuvo al borde de la vía. Paliza esperaba a una persona que lo había llamado por teléfono minutos antes. El sol caía vertical sobre el pavimento, mientras los motores, aún encendidos, emitían un ronroneo bajo y constante.

Cinco minutos después, la calma se rompió. Desde la distancia, una patrulla de policías y militares con fusiles de asalto emergió y rodeó las dos yipetas. El asfalto parecía tensarse bajo las botas de los uniformados. Uno de ellos, con voz firme, ordenó a los ocupantes identificarse.

Paliza, sin apartar la vista del oficial, se bajó del vehículo y se presentó. La tensión flotó en el aire unos segundos antes de disiparse con una frase breve: “Solo estamos haciendo nuestro trabajo de patrullaje preventivo en Santiago; no se trata de nada personal”. Los agentes se retiraron con la misma rapidez con la que habían llegado, dejando tras de sí un silencio denso y expectante.

El ministro esperó unos minutos más. Cuando su contacto llegó, intercambiaron unas palabras breves y, sin más, retomó el viaje hacia Puerto Plata, donde lo aguardaban las reparaciones del anfiteatro. El episodio, efímero pero revelador, dejó una pregunta flotando entre quienes lo presenciaron: en una carretera tan temida, ¿quién vigila a quién?

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