Desde el 1 de agosto, delincuentes empezaron a llamar a hogares y clonar tarjetas SNAP desde otros estados. Las víctimas descubren cargos misteriosos y acuden a oficinas para presentar denuncias.
JERSEY CITY, EE. UU. — Cientos de residentes de Jersey City despertaron este martes con un golpe inesperado: sus cuentas del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) habían sido vaciadas por delincuentes que operan desde otros estados. La magnitud del fraude ha conmocionado a la comunidad y puso en alerta a las autoridades estatales.
Desde tempranas horas, decenas de personas se presentaron en las oficinas del programa SNAP, ubicadas en el Hudson County Plaza, para denunciar cargos no reconocidos en sus tarjetas de beneficios. Algunos reportaron transacciones por montos que oscilaban entre 30 y 40 dólares, a pesar de no haber utilizado sus tarjetas recientemente.
“Cuando vi esos consumos, decidí venir a poner la queja”, contó una de las afectadas, visiblemente preocupada por el impacto en su alimentación diaria.
Una funcionaria del programa explicó que los cargos fueron realizados desde fuera del estado, lo que apunta a un esquema de clonación de tarjetas mediante dispositivos electrónicos ilegales conocidos como skimmers. Estos aparatos suelen colocarse en terminales de pago de tiendas, supermercados o bodegas, y permiten a los estafadores copiar los datos de las tarjetas y sus códigos PIN.
Según las autoridades, los beneficiarios afectados deben llenar un formulario de reemplazo. En aproximadamente tres días, recibirán una nueva tarjeta por correo. Aquellos que reciben beneficios a través de SNAP, TANF o GA y que hayan sido víctimas de fraude pueden completar la solicitud en persona, en línea a través de www.NJSNAP.gov o por correo postal.
El Departamento de Servicios Humanos de Nueva Jersey advierte que las estafas con tarjetas EBT incluyen también llamadas y mensajes falsos en los que los delincuentes se hacen pasar por funcionarios del gobierno para obtener información confidencial.
Se recomienda a los usuarios revisar regularmente sus transacciones, mantener en secreto su información personal y reportar cualquier actividad sospechosa de inmediato.
El creciente número de denuncias sugiere una operación bien organizada y a gran escala. Mientras tanto, las familias afectadas enfrentan la incertidumbre de no saber cuándo podrán acceder nuevamente a los recursos que garantizan su alimentación básica.
