Familiares denuncian abandono institucional y exigen esclarecer un homicidio que ha conmocionado a una comunidad escolar vulnerable y profundamente afectada.
Diario Cibao
El funeral de Noelbin Jeremías Cabrera Ribera, el adolescente de 14 años asesinado el pasado viernes, reunió este domingo a decenas de familiares, vecinos, compañeros y profesores en el cementerio municipal de El Ingenio Arriba, en Santiago. La escena, cargada de silencio y llanto, se convirtió también en un clamor colectivo por justicia y por respuestas que, afirman, todavía no llegan.
El padre del menor, José Ariel Cabrera Félix, expresó entre lágrimas que su hijo era un joven dedicado, responsable y ajeno a cualquier vínculo con pandillas, como se ha insinuado. “Mi hijo era un emprendedor hacia el futuro. No era un niño de problemas. Solo pedimos justicia. Hoy fue nuestro hijo; mañana puede ser el de cualquier familia”, lamentó. Aseguró que ninguna autoridad se ha acercado para ofrecer información, apoyo o acompañamiento. “Fuimos al Palacio de Justicia, pero estaba cerrado. Nadie nos dice nada”, denunció.
Los reclamos se repitieron entre otros familiares. La tía del menor, Nicaury, rechazó tajantemente cualquier versión que intente relacionarlo con grupos violentos. Su abuela, Elsa Félix, pidió justicia y afirmó que la familia permanece devastada. Francisco Aybar, allegado a la familia, sostuvo que el agresor había llevado armas blancas al centro educativo en otras ocasiones, lo que incrementa las dudas sobre los protocolos de vigilancia.
Desde la Dirección Regional de Educación, Pedro Pablo Marte aseguró que el hecho no se produjo dentro del politécnico Simón Luciano Antonio Castillo, aunque sí ocurrió mientras los estudiantes salían. Negó la presencia de bandas en el centro, pero admitió que el entorno externo presenta riesgos difíciles de controlar. Explicó que, según un informe preliminar, el incidente habría surgido de un conflicto personal iniciado el día anterior.
Los familiares insisten en que al menos tres adolescentes más participaron en el ataque y exigen que sean identificados y sometidos a la justicia. Mientras tanto, la comunidad sigue con un interrogante central: ¿cómo evitar que tragedias como esta vuelvan a repetirse?





