SANTIAGO, República Dominicana — En una noche de aromas criollos, melodías de saxofón y copas entrechocando bajo la brisa del jardín, Rancho Chito, uno de los restaurantes más emblemáticos de Santiago, celebró el pasado 24 de julio la presentación de sus nuevos espacios diseñados para eventos sociales y corporativos.
El encuentro, marcado por la calidez del entorno y la herencia familiar, reafirmó la evolución de este negocio sin traicionar su identidad.
Gladys Rodríguez, ejecutiva del restaurante, dio la bienvenida a los asistentes y describió a Rancho Chito como un lugar “donde la tradición, el sabor y la calidez familiar se entrelazan para ofrecer una experiencia culinaria inolvidable”. La cita fue una declaración de principios: seguir innovando sin apartarse de las raíces.
Los asistentes recorrieron las áreas recientemente habilitadas, como el Salón Don Luis —un espacio cerrado y climatizado con capacidad para 60 personas—, las terrazas íntimas y el Jardín, un espacio abierto y cuidadosamente ambientado para celebraciones al aire libre. Flores frescas, bocadillos gourmet y cócteles artesanales acompañaron la experiencia.
Dominga Tejada y Luis Rodríguez, anfitriones y representantes de la cuarta generación de la familia fundadora, evocaron los orígenes del restaurante, cuando “Chito” vendía chicharrón y cerdo asado en las calles de Santiago hace más de seis décadas. Agradecieron a los comensales por mantener viva la memoria y el sabor de una tradición convertida en emblema local.
La velada fue más que una presentación comercial: fue un acto de gratitud hacia una comunidad que ha hecho suya la historia de Rancho Chito. Y en esa historia, cada mesa servida parece escribir una página más.
El auge de Rancho Chito como destino para eventos no surge en el vacío. En los últimos años, la creciente demanda de espacios personalizados y con identidad ha llevado a muchos negocios gastronómicos tradicionales a diversificarse.
En ese sentido, Rancho Chito ha sabido leer las necesidades de su público sin caer en fórmulas genéricas, ofreciendo entornos que combinan estética, comodidad y un inconfundible sabor local.
Más allá del valor comercial, los nuevos espacios reflejan una visión de futuro arraigada en el respeto por el pasado. Cada detalle —desde la selección de la cristalería hasta la elección del repertorio musical— fue pensado como una extensión de la filosofía que ha guiado al restaurante desde su fundación: ofrecer hospitalidad con autenticidad. En una era donde lo efímero domina, Rancho Chito reafirma su compromiso con lo perdurable.
