Las autoridades aseguran igualdad de trato, pero la exdiputada, condenada por lavado, alega problemas de salud que deberán ser verificados.
SANTIAGO, República Dominicana — La exdiputada Rosa Amalia Pilarte, condenada a cinco años de prisión por lavado de activos vinculados al narcotráfico, fue trasladada este miércoles al Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Mujeres. Su ingreso ha desatado un intenso debate público, marcado por las promesas de las autoridades de garantizar condiciones justas y por las dudas que suscitan los alegatos de salud presentados por su defensa.
“Que no le quepa duda a la ciudadanía que esa señora siempre recibirá el trato adecuado e igualitario con las internas que guardan prisión en dicho centro”, afirmó el procurador de la Corte de Apelación de Santiago, Juan Carlos Bircann Sánchez, en una rueda de prensa celebrada el jueves.
Según explicó el magistrado, Pilarte fue sometida a los protocolos médicos de ingreso, que incluyen una evaluación física y psicológica básica para confirmar su orientación en tiempo y espacio. Sin embargo, un análisis más exhaustivo será realizado en los próximos días con el apoyo del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
El organismo deberá validar los informes médicos presentados por los abogados de la exlegisladora, quien previamente notificó a la Suprema Corte de Justicia y al juez de Ejecución de la Pena que enfrenta complicaciones de salud. “Se le realizó una revisión rápida de ingreso, pero en los próximos días se harán los estudios más completos para confirmar los padecimientos que ella refirió”, puntualizó Bircann Sánchez.
La escena de su llegada a Rafey Mujeres atrajo la atención de la prensa local: Pilarte, vestida con un cinturón facial y cargando una funda blanca, aseguró que no se había entregado antes “porque enfrentaba problemas de salud”.
Su traslado marca el inicio de una condena que ha puesto nuevamente en la mesa de discusión la relación entre política, justicia y narcotráfico en República Dominicana.
