Diario Cibao
Varias familias perdieron sus bienes y viviendas, mientras autoridades y vecinos evalúan daños y buscan respuestas ante la tragedia ocurrida.
Lo que comenzó como una mañana cualquiera en San Francisco de Jacagua se transformó rápidamente en una jornada marcada por el desastre. Un incendio, cuya causa aún no ha sido esclarecida por las autoridades, arrasó varias viviendas del sector, dejando a su paso estructuras colapsadas y a familias enteras sumidas en la incertidumbre.
Entre los damnificados se encuentra Argenis Sebastián Castillo Sosa, quien vivía junto a su esposa y su hijo pequeño en una casa de madera, ahora reducida a cenizas. Aunque lograron escapar sin lesiones, las pérdidas materiales son totales. “No sabemos por dónde empezar”, expresó el afectado mientras sostenía los restos quemados de lo que alguna vez fue una fotografía familiar.
La vivienda de Dominga Peña también fue alcanzada por las llamas. En su caso, los bomberos lograron evitar que el fuego la destruyera por completo, pero los daños son lo suficientemente severos como para impedir que pueda habitarla con normalidad. La respuesta rápida del Cuerpo de Bomberos de Santiago fue determinante para frenar la propagación, pero llegó demasiado tarde para salvar las propiedades consumidas primero.
Los vecinos relatan escenas de pánico: el humo avanzando sobre el sector, las personas tratando de rescatar objetos esenciales y el sonido de sirenas rompiendo el silencio matutino. La comunidad, todavía en shock, se ha movilizado para proporcionar ayuda inmediata a los afectados mientras esperan la intervención de las autoridades municipales.
Hoy, San Francisco de Jacagua enfrenta no solo la tarea de reconstruir casas, sino también de recomponer la estabilidad emocional de quienes lo han perdido todo. La tragedia ha dejado una marca difícil de borrar en la vida cotidiana del lugar.
