Una nueva central termoeléctrica, Manzanillo Power Land, aportará 414 megavatios al sistema dominicano, prometiendo energía más barata, estabilidad e inversiones.
MANZANILLO, República Dominicana — Con un avance superior al 90 % en su construcción, la central termoeléctrica Manzanillo Power Land, situada en Pepillo Salcedo, emergerá en diciembre como un pilar estratégico para el sistema eléctrico dominicano.
Esta infraestructura de vanguardia está destinada a inyectar 414 megavatios (MW) al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), una capacidad que representa el 7.3 % de la potencia total instalada en el país, cifrada en 5,700 MW.
Aunque su contribución equivale al 58 % del aporte de la emblemática Punta Catalina, el proyecto de Manzanillo se distingue por ser una iniciativa con capital completamente nacional y una inversión privada sustancialmente menor.
La planta opera bajo un innovador esquema de ciclo combinado, integrando turbinas de gas y vapor de última generación, específicamente modelos SGT6-8000H y SST6 de Siemens Energy. Esta configuración avanzada no solo permitirá una mayor producción de electricidad, sino que lo hará a un costo reducido y con emisiones contaminantes significativamente menores.
Luis Garzón, un ejecutivo vinculado al proyecto, subrayó el impacto directo en los consumidores. "Dado que el costo de operación es más bajo, la energía podrá venderse a un precio más competitivo al Estado, lo que se reflejará positivamente en la facturación de los usuarios", explicó. La concepción de Manzanillo Power Land también contempla una visión a futuro, con una infraestructura diseñada para la integración de fuentes de energía renovable, como el hidrógeno, en sintonía con los compromisos internacionales de sostenibilidad de la nación.
La puesta en marcha de esta central es una respuesta directa a las recurrentes interrupciones en el servicio energético que han afectado al país en los últimos meses. Santiago Gamboa, otro ejecutivo, enfatizó que la obra no solo potenciará la confiabilidad del sistema, sino que también reforzará la confianza de los inversores internacionales, atrayendo nuevas oportunidades al sector energético dominicano.
Estratégicamente ubicada en la frontera de Montecristi, la planta gozará de ventajas logísticas para su futura interconexión con otras infraestructuras energéticas y de transporte en la región norte del país. Durante su fase de construcción, el proyecto ya ha catalizado la economía local, generando empleos y dinamizando diversos sectores productivos de la zona.