La era postmoderna exalta la inmediatez y relativiza los valores, alejando al ser humano de ideales trascendentes. Urge recuperar el compromiso con la verdad, el bien común y la reflexión, para construir una sociedad con propósito, dignidad y sentido.
Por Ramón Benito de la Rosa y Carpio
Santiago, República Dominicana.– La era postmoderna en la que vivimos parece decidida a conducir la existencia humana por senderos sin rumbo, sin un norte claro que oriente nuestros pasos. Se glorifica la inmediatez, se absolutiza la emoción pasajera y se desprecia cualquier ideal que requiera esfuerzo, disciplina o anhelo de trascendencia.
En nombre de una libertad mal entendida, se abandona el compromiso con la verdad, se relativizan los valores y se ridiculiza toda propuesta que promueva el bien común o el crecimiento interior.
Vivimos en tiempos donde muchos caminan, pero pocos saben hacia dónde se dirigen. Se vive intensamente, pero se reflexiona muy poco. Por eso, más que nunca, urge recuperar los grandes ideales que otorgan sentido, dirección y esperanza a nuestras vidas.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
El autor es Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros, Republica Dominicana.





