El santuario de La Vega recibe a peregrinos de todo el país y del extranjero, unidos por tradiciones, promesas y gratitud.
Por John Santos
LA VEGA, República Dominicana — Bajo un sol implacable y entre cánticos marianos, cientos de devotos avanzan hacia el Santuario Nacional Nuestra Señora de las Mercedes, en el Santo Cerro, para rendir homenaje a la patrona del pueblo dominicano. La festividad, que cada año reúne a fieles de distintas provincias y del extranjero, alcanza su punto álgido el 24 de septiembre.
Entre ellos se encuentra Jazmín de la Rosa, dominicana residente en Nueva York, quien viajó expresamente para agradecer la recuperación de la salud de su hijo. “Estoy aquí agradeciendo a la Virgen por devolverle la salud a mi niño”, dijo emocionada mientras portaba una vela encendida.
José Rafael Franco Valdez, vecino de la zona, explicó que la devoción a la Virgen de las Mercedes no se limita a una fecha concreta. “Durante todo el año llegan visitantes a cumplir promesas y agradecer favores recibidos”, señaló.
El sacerdote Carlos Francisco Vásquez Checo, vicario del santuario, subrayó que la celebración se extiende durante nueve días de oraciones, eucaristías y actos culturales. Según el religioso, se trata de una tradición profundamente arraigada en la identidad dominicana.
“El Santo Cerro es un lugar de encuentro espiritual que convoca a parroquias de todo el país”, expresó. “Aquí veneramos a María como Virgen de las Mercedes, la liberadora de cautivos”.
La mezcla de fervor religioso, historia y cultura convierte estas festividades en una de las expresiones más significativas de la fe en República Dominicana, atrayendo cada año a miles de peregrinos en busca de consuelo, gratitud y esperanza.
