“Los expedientes se esfumaron, y con ellos, verdades que muchos prefieren callar"
Por La Confidente
En Santiago, corazón del Cibao, los secretos no duermen. Y menos cuando alguien osa meterse de puntillas en el mismísimo Despacho Penal del Palacio de Justicia. Sí, oyó bien: penetraron como sombras, se llevaron expedientes que pesaban más que un saco de yuca en el mercado, además de celulares y pertenencias que no estaban ahí por casualidad.
La Confidente, que no duerme ni pestañea, le cuenta que por esas oficinas circulan notificaciones, actos, sentencias y papeles que definen destinos. Pero, mire usted, en la madrugada del fin de semana nadie vigilaba. Nadie. Los intrusos forzaron una persiana y entraron como si conocieran cada esquina de ese despacho. ¿Casualidad? Usted dirá.
Un empleado, con la voz bajita pero cargada de nervios, me confesó que entre lo robado hay expedientes que tocan fibras delicadas: empresarios conocidos, abogados de renombre y hasta políticos de los que no se habla sin bajar la voz. Usted sabe… de esos nombres que se pronuncian con cuidado, porque en el Cibao “quien tiene padrino, se bautiza”.
La fiscal titular, doña Quirsa Abreu Peña, prefirió hacerse la sorda ante la prensa. Ni contestó llamadas ni abrió la boca. Y la gobernadora del Palacio, junto con el jefe de seguridad, también guardan silencio. Aquí todo el mundo se hace el mudo, como si el secreto se pudiera tapar con un pañuelo.
Pero La Confidente se enteró —y se lo confirma a usted— que el robo fue real y contundente. Y lo más inquietante: no es la primera vez. Apenas en marzo pasado, la misma oficina fue saqueada. Entonces prometieron reforzar la seguridad con barrotes. Palabras al viento, porque nunca hicieron nada. Y ya ve, la historia se repite como eco en los pasillos de mármol.
Quédese con esta pregunta en el aire, querido lector: ¿quién se beneficia de que esos expedientes anden ahora en manos desconocidas? Porque en esta tierra cibaeña, lo que huele a misterio casi siempre arde más que un aji gustoso en sancocho.
Nada nuevo aquí el que tiene poder y dinero hace lo que le da la gana con la justicia. El mismo caso del tipo que mató a mi padre calibrando. El expediente nunca está completo. Cada vez que teníamos audiencia, siempre faltaba algo y el Inacif se vendió por miedo y por las relaciones que tiene el padre del que mató a mí papá calibrando. Y no solo eso, en el juicio la jueza y el abogado del imputado dijo que no quería que se viera el vídeo. La magistrada al estar vendida simplemente dijo que no y lo descargó. Por eso publiqué el vídeo para que vieran a ese abusador calibrando que desnucó a mi padre.