Por John Santos
MOCA, República Dominicana. – La comunidad educativa del Centro Educativo Don Bosco, en Moca, provincia Espaillat, vive momentos de angustia ante el alarmante deterioro de su edificio principal, que pone en grave peligro la seguridad de más de 250 estudiantes.
Con una matrícula general que supera los 800 alumnos, al menos un tercio recibe clases en un pabellón que muestra señales claras de colapso estructural. Las paredes presentan fragmentos desprendidos, las columnas están agrietadas con varillas expuestas, los techos están severamente dañados y los pisos tienen hoyos peligrosos que amenazan con hundimientos.
Esta crítica situación ha obligado a suspender clases en varias ocasiones y a improvisar espacios alternativos para continuar el año escolar.
Padres, maestros y la dirección del plantel han alzado su voz de manera firme, exigiendo a las autoridades del Ministerio de Educación que intervengan de inmediato para evacuar el edificio y garantizar la seguridad de los estudiantes. La urgencia se agrava por la ubicación geográfica de Moca, una zona clasificada como de alta actividad sísmica, lo que eleva el riesgo de una tragedia en caso de un temblor.
"Nuestros hijos no pueden seguir asistiendo a clases bajo estas condiciones inhumanas y peligrosas", expresaron representantes del gremio magisterial, quienes han advertido que continuarán las protestas hasta que se tomen acciones concretas.
La comunidad mocana hace un llamado a las autoridades locales y nacionales para que no esperen una desgracia para actuar. Se necesita una respuesta inmediata que garantice no solo la integridad física de los estudiantes, sino también su derecho fundamental a una educación digna, segura y de calidad.
El Centro Educativo Don Bosco, una institución emblemática de la región, merece más que el abandono. Merece atención, inversión y respeto.