El poeta denuncia la falta de inversión, la inoperancia ministerial y la visión economicista que ahogan el desarrollo artístico.
Santiago, República Dominicana — El poeta y gestor cultural Enegildo Peña ha lanzado una dura advertencia sobre la profunda crisis que, a su juicio, atraviesa el sector cultural dominicano. Durante su participación en el Café de Diario 55, Peña denunció la falta de compromiso político, la inoperancia de las instituciones y la percepción de la cultura como un gasto, y no como una inversión.
En un discurso que no eludió la autocrítica, el autor señaló que la mayoría de los políticos del país “no creen en la cultura” y que los economistas la ven con un prisma meramente utilitario. En este contexto, abogó por la llegada de un “mandatario intelectual” que ponga fin a la parálisis actual y lidere un cambio estructural en el sector.
Críticas a la gestión institucional
La crítica más incisiva de Peña se dirigió al Ministerio de Cultura, al que tildó de “centro para hacer nómina gubernamental” y cuya existencia, según sus palabras, “no se está justificando”. Recordó que, a pesar de lo establecido por la Ley General de Cultura, la inversión del 1% del PIB en el sector sigue siendo una asignatura pendiente.
La parálisis, sin embargo, no es exclusiva de la esfera nacional. El poeta también señaló con dureza la gestión cultural en Santiago, afirmando que Rafelito Mirabal, director de Cultura de la ciudad, “pasará a la historia como el funcionario que menos actividades culturales ha presentado”. En opinión de Peña, el desarrollo artístico requiere de “pasión, creatividad y gerencia”, elementos que se ven seriamente comprometidos por la falta de formación y oportunidades.
A estas deficiencias se suma, según el poeta, el escaso apoyo a la investigación en el país. Denunció que las universidades se han convertido en “negocios que no invierten en investigación”, destinando apenas “centavos” a esta área fundamental para el avance del conocimiento.
La poesía como motor de cambio
Peña dedicó un espacio en su intervención a reivindicar el poder transformador de la poesía. Citó a la poeta Julia de Burgos como un ejemplo de inspiración y lamentó la pérdida de valores en la sociedad actual, una “civilización del espectáculo” que, según él, ha perdido el respeto por el arte y sus creadores.
El poeta defendió la Tanda Extendida como una herramienta clave para fomentar la sensibilidad artística en la infancia y propuso integrar a artistas en las escuelas, siguiendo el ejemplo de figuras como Juan Bosch, quien inspiró a Pedro Mir. Hizo un llamado a los jóvenes a unirse al taller literario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en Santiago, instándolos a construir una “pequeña estantería” que cultive el hábito de la lectura.
“El arte le quita violencia a la gente y la convierte en un ser humano diferente”, concluyó Peña, subrayando que la verdadera misión es preservar y promover la sensibilidad artística desde la infancia.