La medida contra Óscar Grullón, conocido como “Oscarcito”, genera malestar interno en el partido oficialista y abre debate sobre estabilidad institucional
Por Hugo Gómez Guzmán
La Dirección General de Aduanas (DGA) de República Dominicana ha ordenado este martes la destitución de Óscar Grullón, dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) popularmente conocido como “Oscarcito”. Grullón ejercía como subdirector operativo en el puerto de Puerto Plata, uno de los enclaves estratégicos de la región norte del país.
El organismo justificó la decisión como una cancelación definitiva “por conveniencia en el servicio”, de acuerdo con lo establecido en la resolución administrativa emitida. Aunque la DGA no ofreció mayores detalles, la medida supone la salida inmediata del cargo de un dirigente con amplia trayectoria dentro de la organización gobernante.
El anuncio ha generado malestar en distintos sectores del PRM en Puerto Plata, donde Grullón goza de reconocimiento político y de respaldo entre la militancia local. Varios miembros del partido han expresado su sorpresa y pesar, al tiempo que han manifestado su inquietud por el impacto que este precedente podría tener en otros dirigentes que desempeñan funciones dentro del Estado.
La destitución, además de abrir un nuevo frente de debate interno en el oficialismo, pone sobre la mesa el delicado equilibrio entre las designaciones políticas y la estabilidad institucional en el aparato público.
El relevo en la subdirección operativa del puerto se produce en un momento de especial sensibilidad para la gestión aduanera, debido al incremento del comercio marítimo y al aumento de los controles en las terminales portuarias. En este contexto, la salida de Grullón plantea interrogantes sobre la continuidad de proyectos en curso y la reorganización de funciones en la zona norte.
Fuentes políticas locales señalan que la medida también podría tener repercusiones en la cohesión interna del PRM en Puerto Plata, una provincia clave en términos electorales. Aunque hasta el momento no se han anunciado protestas formales, dirigentes de base advierten que la decisión podría erosionar la confianza entre los cuadros medios del partido y la dirección nacional.
