Por John Santos
Jarabacoa, en la provincia La Vega, amaneció esta semana conmocionada por un episodio que entrelaza deporte, frustración y violencia armada. Un boxeador que había debutado recientemente en el ring fue arrestado tras matar a tiros a un hombre que, según versiones preliminares, se burlaba de él por su derrota deportiva.
La víctima, Ernesto Rafael Martínez, de 44 años, murió a causa de múltiples impactos de bala en la comunidad de Pedregal, un entorno rural habitualmente ajeno a crímenes de alto perfil. Su cuerpo fue trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), mientras las autoridades iniciaban una investigación que ha captado la atención nacional.
El presunto autor, José Manuel Rosado Espinosa, conocido como “Chepe”, es un deportista reconocido en Jarabacoa. Durante años representó al municipio en competencias nacionales e internacionales, construyendo una reputación ligada al esfuerzo y la disciplina que exige el boxeo. Su reciente incursión profesional, sin embargo, culminó en una derrota que, de acuerdo con testigos, desencadenó burlas y provocaciones en un encuentro posterior.
Según relatos recogidos por la Policía Nacional, la discusión escaló rápidamente. Minutos después, Rosado Espinosa habría disparado contra Martínez, transformando una confrontación verbal en un hecho irreversible. El boxeador fue detenido en el lugar y será puesto a disposición del Ministerio Público.
El caso ha reavivado el debate sobre el acceso a armas, la presión psicológica que enfrentan atletas jóvenes y el rol de la violencia simbólica en comunidades pequeñas. Para Jarabacoa, el suceso no solo enluta a una familia, sino que hiere la imagen de un deporte históricamente asociado a la superación personal.

