De la imaginación al movimiento: la evolución del video generado por IA y el caso creativo de Like A Toy

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En menos de una década, la inteligencia artificial transformó la producción audiovisual y abrió un debate cultural sobre autenticidad, arte y tecnología.


Santo Domingo, República Dominicana — En apenas diez años, lo que parecía un experimento reservado a laboratorios de investigación se ha convertido en una herramienta cotidiana para artistas, creadores de contenido y empresas de todos los tamaños: la generación de video a partir de texto mediante inteligencia artificial. Esta tecnología, conocida popularmente como texto a video con IA, no solo ha revolucionado la producción audiovisual, sino que también ha abierto nuevos caminos para la expresión artística en la era digital.

Para comprender la magnitud del fenómeno, conviene repasar su evolución: desde los primeros ensayos en 2016 hasta el actual auge mediático en 2025, y observar cómo ha pasado de la técnica experimental al vehículo de discurso creativo en ejemplos como el videoclip Like A Toy, de Mark Rumors.

Los años pioneros (2016–2019)

En 2016, la idea de escribir una descripción y obtener un video listo parecía ciencia ficción. Los primeros avances con redes neuronales generativas —especialmente los GANs (Generative Adversarial Networks)— permitieron secuencias animadas simples, aunque borrosas y fragmentadas. Modelos como MoCoGAN apenas lograban resultados reconocibles. Paralelamente, los deepfakes revelaron el potencial de la IA para manipular videos con un realismo inquietante, preparando al público para imaginar la posibilidad de producir clips íntegros con esta tecnología.

La investigación avanzada (2020–2022)

Entre 2020 y 2022, empresas como Google y Meta presentaron modelos como Imagen Video y Make-A-Video, capaces de generar secuencias de mayor fidelidad y coherencia. Sin embargo, permanecían en entornos controlados, inaccesibles al público general. El reto seguía siendo la accesibilidad masiva.

La democratización comercial (2023–2024)

El gran salto llegó en 2023, con plataformas como Runway Gen-1 y Gen-2, que permitieron a cualquier usuario generar clips desde texto o imágenes de referencia. En 2024, la competencia tecnológica se intensificó: OpenAI lanzó Sora; Google presentó Veo y Veo 2; y Luma Labs introdujo Dream Machine, enfocada en animar imágenes estáticas con fluidez cinematográfica. La IA dejaba así de ser un experimento para convertirse en herramienta de producción real, accesible a cineastas independientes, docentes, publicistas y artistas.

El boom global y la madurez creativa (2025)

Para mediados de 2025, la generación de video con IA se consolidó como tendencia. Según TrendFeedr, más de 297 empresas invierten en el sector, con capitales superiores a 2.7 mil millones de dólares. Desde redes sociales saturadas de microvideos experimentales hasta campañas publicitarias de alcance mundial, la tecnología redujo costos y democratizó la producción. Un caso ilustrativo: un comercial completo para las finales de la NBA fue creado con Veo 3 por apenas 2,000 dólares, una cifra mínima frente a los presupuestos tradicionales.

Un ejemplo creativo: Like A Toy

El 21 de junio de 2025 se estrenó en el canal de YouTube Marcos Sánchez TV el videoclip Like A Toy, primera producción profesional de Mark Rumors, alter ego artístico del dominicano Marcos Antonio Sánchez Martínez, locutor, actor, escritor y docente.

El video fue construido a partir de más de 50 imágenes generadas con IA, posteriormente animadas y editadas en sincronía con la música. La narrativa visual, protagonizada por un androide llamado Markie, muestra a la humanidad atrapada en pantallas, modas efímeras y consumismo digital. En este caso, la IA no es un mero recurso técnico, sino parte del mensaje: la textura artificial y el surrealismo visual refuerzan la crítica a una sociedad cada vez más distante de lo orgánico.

Una herramienta didáctica

El proceso creativo detrás de Like A Toy también sirve como ejemplo pedagógico:

  • Guion visual: redacción de descripciones textuales que la IA transforma en imágenes.
  • Selección: elección de resultados que encajan mejor con la narrativa.
  • Animación y montaje: uso de herramientas como Runway, Pika o Luma Dream Machine.
  • Postproducción: integración con la pista musical, efectos y cortes como en un videoclip tradicional.

Este flujo de trabajo demuestra que la IA no sustituye el criterio humano, sino que actúa como catalizador que amplía las posibilidades expresivas.

Un debate cultural abierto

La irrupción de la IA en el video plantea interrogantes éticos y culturales:

  • Autenticidad: ¿pierde valor una obra si sus imágenes no provienen de una cámara?
  • Derechos de autor: los modelos se entrenan con grandes bases de datos, lo que genera incertidumbre legal.
  • Democratización vs. saturación: la producción masiva incrementa el volumen de contenido, dificultando la visibilidad de propuestas originales.

En el caso de Like A Toy, el uso consciente de prompts originales evita el riesgo de plagio y refuerza su carácter autoral.

Conclusión: más que una moda

Desde los primeros experimentos de 2016 hasta las producciones virales de 2025, el video generado por IA ha pasado de curiosidad técnica a herramienta central en la creación audiovisual. Ejemplos como Like A Toy evidencian que la clave no reside en la tecnología misma, sino en el mensaje que esta ayuda a transmitir.

El futuro apunta a más realismo, interactividad y accesibilidad. Pero la pregunta persiste, como sugiere la obra de Mark Rumors: ¿usamos la tecnología como herramienta de expresión o nos hemos convertido en juguetes dentro de su propio sistema?

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