Las memorias de la desolación: La Presa de Tavera y el drama de un pueblo

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Rafael González, conocido como Fito

En una historia que evoca los fantasmas del pasado, el educador Rafael González, conocido como Fito, desvela las penurias de los habitantes que perdieron sus tierras ante la construcción de la Presa de Tavera, y advierte sobre un nuevo conflicto en el horizonte.

Por Valentina Garcia

Yaque Abajo, Santiago, República Dominicana – Hace 54 años, un proyecto que prometía progreso y prosperidad se transformó en una pesadilla para los habitantes de las comunidades circundantes a la Presa de Tavera. Rafael González, apodado Fito, un educador nativo de Yaque Abajo, narra con pasión y dolor la tragedia que marcó a su gente.

El presidente Joaquín Balaguer corta la cinta que dejó inaugurada la Presa de Tavera el 27 de febrero de 1973.

Cuando el presidente Joaquín Balaguer anunció la construcción de la Presa de Tavera en 1968, la noticia llenó de esperanza a muchos. Sin embargo, para quienes habitaban estas tierras ancestrales, el sueño se convirtió en una pesadilla. En 1969-1970, el gobierno dominicano comenzó un desalojo forzado e inhumano en las comunidades que hoy yacen bajo las aguas de la presa.

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"Fuimos desalojados y arrojados al monte como si fuéramos animales, cada uno tuvo que construir su casita como pudo y no recibimos una compensación adecuada", relata Fito con voz pausada pero firme.

El 27 de febrero de 1973, cuando Balaguer inauguró la Presa de Tavera, gran parte de las tierras de Ranchos de Tavera Abajo y Yaque Abajo ya estaban sumergidas. Los pobladores, desgarrados por la tristeza, perdieron sus cultivos y animales, cambió para siempre su forma de vida.

Hoy, el dolor del pasado resurge, ya que la Empresa de Generación Hidroeléctrica EGEHID, el Plan Sierra y el Ministerio de Medio Ambiente planean reforestar los alrededores de la presa, expropiando ilegalmente 250 metros de tierra a cada propietario en la zona.

Fito, con firmeza, declara: "No estamos en contra de la reforestación, pero estamos en desacuerdo con la forma en que pretenden llevarla a cabo. No nos están enseñando a reforestar, simplemente quieren apoderarse de nuestros terrenos. No lo vamos a permitir."

El educador insta al gobierno a llevar a cabo la reforestación en los terrenos del desalojo, pero en colaboración con los residentes locales. "Si quieren reforestar y hacer un proyecto de ecodesarrollo, háganlo con nosotros. Trabajemos juntos en el plan, pero respetando nuestros derechos de propiedad".

Entre las comunidades afectadas por el proyecto de la EGEHID, figuran Yaque Abajo, La Presa, El Caimito, La Cabral El Jobo, Conuco Viejo, Los Camarones, El Polvazo, así como Guanajuma en la presa de Bao, entre otras.

Fito anuncia un plan de lucha para impedir el despojo de las tierras ancestrales en la zona Tavera-Bao y hace un llamado a la solidaridad: "No se conviertan en destructores de las familias del campo, gobierno". En un eco de la historia, la tragedia de la Presa de Tavera sigue vigente en el corazón de quienes la vivieron y luchan por preservar su tierra y su historia.

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