Podemos hablar de la miseria humana y sus diferentes modalidades o aristas. Generalmente al oír esa palabra, a nuestra mente viene la imagen de una persona desvalida, postergada, harapienta, al lado de una choza donde habita.
También existe otro tipo de miseria, sobre todo, en personas cuyo comportamiento refleja su ignorancia acerca de su rol dentro del marco social.
Si analizamos este tipo de personas, encontraremos que reflejan una gran debilidad en su estima. Y para lograr salir a flote no reconocen sus comportamientos errados, porque quieren ser el centro de atención.
Pobre de todos los que le rodean porque intentará avasallar con acciones inauditas. Generalmente creen tener grandeza en todo lo que piensan y hacen. Además rompen con las reglas y normas establecidas dentro del marco de grupos en los que accionan.
Este tipo de persona pretende victimizarse, haciendo "teatro" sin haber ido a la escuela de artes. A donde quiera que llegan tratan de lucirse, y para calmarse, hay que hacerle halagos de su grandeza que solo en su mente habita.
Muy frecuentemente escuchamos “mientras más conozco al ser humano más amo a mi perro”. Resulta imposible escaparse de este tipo de personas cuando te desenvuelves e interactúa con grupos humanos.
Nuestra conclusión: Ser miserable no solo es carecer de recursos económicos, las personas con miseria espiritual también lo reflejan en su falta de humildad y sencillez, valores que deben habitar en los humanos que dicen llamarse cristianos.
Por Pedro de la Cruz