Desarrollo económico de República Dominicana: entre el sofocante calor y el repunte sostenido

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El sofocante calor agudiza y ralentiza el desenvolvimiento normal de la sociedad. Siendo la República Dominicana un país en el "mismo trayecto del sol", la gente no se acostumbra a ver el verano como un período caluroso, seco hasta la saciedad y lluvioso hasta el cansancio, pero hermoso en su esplendorosa continuidad de la primavera que nunca termina. La economía se centraliza en áreas techadas o turísticas.

Durante el calor, los niños más desfavorecidos permanecen en sus casas, otros van a los campos de sus ancestros y algunos se dirigen a los pocos ríos y arroyos, donde la preocupación por la basura y la contaminación es menor. Mientras tanto, aquellos con mejor rendimiento escolar y nivel económico viajan a otros países, principalmente a la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos. Las líneas aéreas son las que más se benefician. El tránsito vehicular se convierte en el medio de transporte óptimo debido al abrasante sol que nos consume en las calles hasta la última gota de agua. Se incrementa la venta de refrescos, cervezas y agua embotellada.

La Escuela como Generadora de Trabajo y Dinero. La escuela impulsa un entramado mercantil considerable, ya que la economía educativa es uno de los pilares más fructíferos de la economía nacional. Durante las vacaciones de los niños y jóvenes, los negocios que abastecen a las instituciones educativas dejan de operar temporalmente, así como todo el sistema educativo.

Los taxistas, los conductores de motocicletas ("motoconchos") y los vendedores ambulantes que se colocan cerca de las escuelas y ofrecen productos adquiridos durante el recreo de los estudiantes ven una disminución en su actividad. El recreo es un momento intermedio en el que los niños se reúnen para compartir, hablar, saltar y hacer diabluras propias de esa época gloriosa que luego recordamos con una sonrisa, evocando todas las travesuras que solíamos hacer en aquellos tiempos.

Cada año, teniendo en cuenta factores internacionales y desastres naturales en el país, la economía oscila entre resultados positivos y negativos, según la evaluación de los economistas y sus criterios de estimación particulares. La economía se ve influida por diversas situaciones. Sin embargo, la economía de la República Dominicana está en recuperación, aunque esta recuperación nunca coincide con la evaluación del gobierno. Muchas inversiones en el sector privado provienen de fuentes poco confiables que el sistema económico local no considera positivas, ya que suelen desembocar en problemas legales y bancarrotas debido a una mala administración posterior. El dinero mal adquirido suele desvanecerse por la falta de criterio profesional, ya que proviene de fuentes ilícitas comprobables y de fortunas iniciales dudosas.

Por lo general, la economía experimenta un repunte hacia finales del año, entre noviembre y diciembre, a medida que nos preparamos para las festividades navideñas y el cambio de temperatura. Esto coincide con la llegada masiva de dominicanos que viven en el extranjero, lo que impulsa la recepción de divisas a través de bancos, empresas y entidades gubernamentales. Las donaciones familiares también son comunes, asegurando así la tradicional cena navideña y los regalos para los niños.

En el año 2022, la actividad económica registró un crecimiento positivo del 1.1% en el primer trimestre, abarcando los dos primeros meses de un período de euforia económica en el que el gasto público y privado se dispara, lo que favorece la circulación de divisas. El déficit fiscal se situó en un -0.8% del producto interno bruto, una cifra destacable en comparación con la evaluación de economías de países con un historial de equilibrio comercial estable.

En los meses subsiguientes hasta julio, a pesar de haber perdido contratos internacionales debido a la inestabilidad mundial, la balanza comercial muestra cifras positivas. Aunque muchos productos básicos han aumentado de precio, afectando a las clases más desfavorecidas y a una clase media en ascenso, el sector de la construcción, los proyectos habitacionales del gobierno central y las inversiones en el sector eléctrico, llevadas a cabo por empresarios dominicanos y extranjeros, han contribuido al crecimiento económico. El turismo también ha crecido debido a los conflictos bélicos en otras partes del mundo, lo que ha impulsado la temporada alta del turismo local y extranjero, a pesar del intenso calor, que es menos sofocante que en muchos países europeos y de Oriente Medio, donde lagos y ríos históricos se han secado.

En el año 2022, el producto interno bruto experimentó un crecimiento del 4.8%. Durante los meses de enero a julio de 2023, a pesar de las dificultades y contratiempos, la economía creció un 1.1%. Se espera que al final del año, los indicadores económicos sitúen el crecimiento en un 4.3% o más, manteniendo así el estatus de la octava economía de América Latina y la más estable y grande de Centroamérica y el Caribe.

Actualmente, nos estamos preparando para el inicio de las clases y las instituciones gubernamentales se están abasteciendo de tablets, mochilas y uniformes, además de brindar ayudas directas a los padres de los estudiantes. Esto implica grandes compras de materias primas y alimentos, la adecuación de las instalaciones educativas y una aceleración en la construcción. Todo esto genera un flujo de capital que impulsa nuestra economía.

En mi artículo "UNA MENTIRA DICHA MILES DE VECES", publicado en diversos medios de comunicación del país, expresé mi descontento con las grandilocuentes terminologías utilizadas por las autoridades monetarias dominicanas. Estas afirmaban que nuestra economía se mantenía estable gracias a la profesionalidad y gestión de los recursos económicos por parte de los responsables de su manejo, sin tener en cuenta la confiabilidad ni la estabilidad de una riqueza que proviene claramente de fuentes poco transparentes.

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