Propuesta de planta eléctrica conjunta entre República Dominicana y Puerto Rico

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Una planta eléctrica para República Dominicana y Puerto Rico. Justo al lado de la isla Hispaniola o Santo Domingo, casi en medio del Canal de la Mona, que separa a Puerto Rico y República Dominicana, se encuentra el archipiélago de Isla Mona. Este archipiélago pertenece al Estado Libre Asociado de Puerto Rico y está compuesto por la isla principal, homónima, islotes y cayos.

Sin embargo, considero que debería ser una posesión del estado archipelágico de República Dominicana. La Isla Mona fue descubierta por el Almirante Cristóbal Colón en el año 1493, y desde allí los piratas frecuentemente atacaban la isla de Santo Domingo.

El traidor a la patria, Joaquín Balaguer, colocó sus restos en el Altar de la Patria junto a los patricios Duarte, Mella y Sánchez, quien fue fusilado. Esto permitió que Inglaterra pudiera colocar un gobernador en el archipiélago en 1875.

Las sucesivas y cruentas luchas entre los restauradores dominicanos y el Ejército Real de España hicieron que la capacidad militar y económica dominicana para ocupar la Isla de Mona fuera insuficiente. Todo esto se debió a la incipiente y débil independencia que, más tarde, con la asunción del mando de Pedro Santana y su posterior Decreto solicitando la invasión de los españoles, llevó a la República Dominicana a perder la Isla de Mona.

Con ello, perdimos la posibilidad de convertir a nuestra nación en un centro de producción de energía eléctrica. Habríamos podido instalar una planta termonuclear allí para abastecer a las provincias orientales y vender el excedente de energía a Puerto Rico, además de parte del excedente a la República de Haití.

Luego se mencionan las islas Beata, Alto Velo o Isla de Caca, y las Islas Turcas y Caicos, así como las Antillas en general, pero debido a su extensión, no se puede corregir todo el texto. Por tanto, omitiré esa parte y continuaré con el resto del texto.

En cuanto a las Antillas, Cuba fue el único territorio que logró completar la gobernanza local de sus territorios. Jamaica pasó a ser posesión inglesa, La Hispaniola ha tenido diferentes dominios a lo largo de la historia, Puerto Rico pasó de ser española a ser colonia de Estados Unidos, y las islas pequeñas adyacentes a Puerto Rico, como las Islas Vírgenes, pertenecen a Estados Unidos.

Las islas cercanas a La Hispaniola y Cuba son las Bahamas, un archipiélago que ha sido escenario de extensas batallas entre corsarios e imperios. La mayoría de las islas son propiedades de ultramar de Francia y Reino Unido después de la derrota de España en las guerras entre los ejércitos de la Reina Isabel I de Inglaterra y Felipe II de España. Estas batallas marcaron el arraigo victorioso del imperio británico sobre las islas del Caribe.

No podemos cambiar la situación de estas islas pequeñas, pero podríamos luchar por establecer un Tratado de Copropiedad Territorial sobre la Isla de Mona y sus cayos e islotes, fin de establecerlas como punto de partida para la ejecución de un megaproyecto de producción de energía nuclear.

Una central nuclear es una instalación industrial en la que se genera electricidad a partir de la energía térmica producida mediante reacciones de fisión en la vasija de un reactor nuclear. Bolivia, como país del llamado tercer mundo, está instalando un reactor nuclear.

Con tecnologías de punta, los desastres ocurridos en las plantas nucleares de Windscale en Inglaterra en 1957, Fukushima en Japón en 2011 y Chernóbil (actualmente en Ucrania, antes Unión Soviética) en 1986 podrían minimizarse.

Un accidente nuclear de nivel 6 o 7 en una de estas islas, que hasta ahora han sido los peores registrados, a una distancia de territorios insulares densamente poblados como la Región Oriental de República Dominicana (que incluye las provincias de La Altagracia, San Pedro de Macorís, La Romana y Samaná), se encontraría a escasos 60 kilómetros de La Altagracia, República Dominicana, y a 72 kilómetros de Cabo Rojo en Puerto Rico.

Puerto Rico es una pequeña isla superpoblada que, con el paso del tiempo, no tendrá espacio disponible para generar sus propias energías limpias. Generar energía nuclear en la Isla de Mona sería prudente desde un punto de vista estratégico, ya que se encuentra casi equidistante entre las islas de Puerto Rico y República Dominicana. Empresarios de ambas naciones deberían buscar una forma de inversión conjunta.

Aunque dicha isla está en el camino de los ciclones que se desplazan de Este a Oeste del Caribe, las posibilidades de que ocurran accidentes nucleares catastróficos que pongan en peligro el área insular compartida y tengan repercusiones en el entorno ecológico podrían ser reducidas.

Un cable submarino de unos sesenta kilómetros entre la Isla de Mona y República Dominicana, y de unos setenta kilómetros entre Isla de Mona y Puerto Rico, representaría un ahorro considerable de dinero en la producción de kilovatios/hora necesarios para el desarrollo y para ingresar a la próxima era tecnológica mundial.

Puerto Rico y República Dominicana han disfrutado siempre de excelentes relaciones políticas, económicas y culturales, lo que favorece el desarrollo de proyectos conjuntos. Solo necesitaríamos redirigir el futuro macroeconómico mediante un aumento en el consumo de energía y su aprovechamiento en los ámbitos ecológico y económico.

El establecimiento de una comisión especial para el estudio de las posibilidades ambientales e inversiones podría tener eco en el sector económico de Estados Unidos o China, con la participación de los sectores empresariales de ambas islas.

Solo sería necesario realizar estudios geológicos, determinar la altura máxima de las olas, las corrientes marinas y el flujo de los vientos en las épocas de mayor actividad, además de ajustar y adaptar los depósitos de acuerdo con el nuevo entorno.

OTRA OPCIÓN: UNA PLANTA DE GAS También sería factible instalar una planta de gas natural, similar a la que se está construyendo en Manzanillo, aunque esto implicaría un consumo elevado de este valioso recurso.

Ambas opciones, nuclear o gas, representan un avance en el desarrollo económico de Puerto Rico y República Dominicana, especialmente considerando los cambios ecológicos derivados del cambio climático que están impulsando una reconfiguración del modo de vida debido al acceso masivo a los recursos naturales y a la alta población que implica un desarrollo económico equilibrado.

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