En Alma Rosa, otrora paraíso de lujo, la danza de apagones atormenta a sus habitantes, convirtiéndola en un infierno de calor y oscuridad. Un clamor por la justicia eléctrica surge entre la desesperación, exigiendo un despertar de las autoridades para exorcizar este demonio y devolver la armonía perdida.
Por Valentina Garcia
Santo Domingo Este, República Dominicana.- En un inesperado giro del destino, la opulenta urbanización Alma Rosa I y II, otrora símbolo de armonía y lujo, ha sido trastocada por un flagelo infernal: la incesante danza de apagones. Estas interrupciones eléctricas, que se prolongan hasta por 14 horas, han convertido la vida de sus residentes en un calvario insoportable, sembrando la irritación y la desesperación en sus corazones.
"Es como vivir en un purgatorio", confesó un atribulado vecino, quien prefirió mantener su anonimato. "Los aires acondicionados, nuestro único refugio contra el calor sofocante, se convierten en inútiles armatostes. No podemos dormir, no podemos cocinar, no podemos hacer nada más que sudar y maldecir nuestra suerte".
La intensidad de los cortes de energía se ha intensificado en los últimos días, coincidiendo con la época más calurosa del año. Los residentes, especialmente las personas mayores y los niños, se encuentran al borde del colapso, asediados por el calor y la oscuridad.
"Imploramos a las autoridades que regulen el sistema eléctrico, especialmente ahora que las temperaturas nos agobian sin piedad", suplicó otro residente con voz temblorosa. "No podemos seguir viviendo en estas condiciones inhumanas".
La otrora idílica urbanización Alma Rosa, donde el lujo y la armonía reinaban supremos, se ha convertido en un páramo inhóspito. Los sueños dorados de sus habitantes se han desvanecido, reemplazados por una realidad desoladora y desesperante.
Un clamor por la justicia eléctrica
Los residentes de Alma Rosa, cansados de soportar en silencio este suplicio, alzan sus voces en un clamor por la justicia eléctrica. Exigen a las autoridades que tomen medidas urgentes para regular el sistema y garantizar un servicio continuo y de calidad.
La situación de Alma Rosa no es única. Refleja la problemática energética que azota a gran parte del país, dejando a miles de ciudadanos a merced de la oscuridad y el calor. Es imperativo que las autoridades tomen medidas contundentes para garantizar el acceso a un servicio básico como la electricidad para todos, sin distinción de clase social o lugar de residencia.
El sueño dorado de vivir en una urbanización exclusiva se ha convertido en una pesadilla para los residentes de Alma Rosa. Es hora de que las autoridades despierten de este sueño y tomen las acciones necesarias para convertir esta pesadilla en una realidad más justa y digna para todos. Solo así se podrá exorcizar el demonio de los apagones y devolver la paz y la armonía a esta comunidad otrora próspera.