Nuestro verdadero Padre 

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Uno de los días menos promovidos en todo el mundo, independientemente de países y culturas es el Día del Padre, el cual  se celebra todos los años el último Domingo de Julio en la República Dominicana. 

Con esta fecha, que este año corresponde al próximo domingo 31 de julio, se pretende resaltar la importancia de la figura paterna en la vida de las personas, destacando su rol en la integración y el mantenimiento del núcleo familiar.

Todo con el fin de rendir homenaje a los padres de familia o aquellos hombres cumpliendo este rol, ya sean, padrastros, padres adoptivos, tíos, abuelos o padrinos.

Un buen padre es aquel que educa a sus hijos con amor, cuida de ellos y es capaz de hacer cualquier sacrificio en aras del bienestar y la felicidad  de sus vástagos. 

Y es que ser padre es la experiencia más maravillosa del ser humano cuando se tiene la sabiduría de un maestro y la sinceridad de un amigo en el trato con los hijos.

Salomón, el hijo y sucesor de David en el trono de Jerusalén, rey célebre por su sabiduría y autor de tres mil proverbios y mil cinco poemas, recibió de su progenitor la más grande enseñanza para honrar a nuestro único y verdadero Padre Celestial.

“Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido” (Proverbios 3:11-12)

¿Cuál es el origen de esta humana celebración? La señora Sonora Smart Dodd, de Washington, fue la que propuso la idea del "Día del Padre" en 1909. Ella quería que existiera un día especial que honrara a su padre, Henry Jackson Smart, por cumplir con el rol de padre y madre con sus hijos.

Jackson Smart, veterano de guerra civil, enviudó cuando su esposa -la madre de Dodd- murió de parto con su sexto niño. Tiempo después se dio cuenta que su padre había sido un verdadero ejemplo al criar a sus seis hermanitos con verdadera educación y valores. 

La propuesta de Smart, que señalaba al 5 de junio como día de los padres, no tuvo mucha acogida y quedó en el olvido. Es en 1924 cuando el presidente Calvin Coolidge nacionalizó el Día del Padre. 

Años después, en 1966, el presidente Lyndon B. Johnson finalmente firmó una proclamación presidencial que declaraba el tercer domingo de junio para festejar a los padres.

Ahora bien, vamos al plano espiritual, cuando usted ora, ¿con qué nombre se dirige a Dios? Aunque todos los excelsos títulos que le hemos dado son correctos, como cristianos tenemos el maravilloso privilegio de llamar Padre a Dios. 

Esta es una forma de conocer también a Dios, como Padre Nuestro. La posibilidad de tener una relación así con Dios, fue una idea revolucionaria en el primer siglo (Mateo 6:9). 

El Antiguo Testamento contiene apenas 15 referencias a Dios como “Padre”, y éstas se refieren fundamentalmente a Él como el padre del pueblo hebreo; la idea del Señor como un Dios personal de las personas, no es evidente sino hasta el Nuevo Testamento. 

Sin embargo, ésa fue exactamente la razón por la que Jesucristo vino a la tierra, para morir en la cruz por nuestros pecados y revelar al Padre celestial, para que usted y yo pudiéramos conocerlo a Él más íntimamente.

“Padre”, que aparece 245 veces en el Nuevo Testamento, fue la palabra favorita de Jesús para referirse a Dios; la mencionó catorce veces sólo en el Sermón del Monte, y también utilizó  este nombre para comenzar a orar (Mateo 5-7). 

El propósito de Dios es revelar que Dios no es solamente una fuerza trascendente en algún lugar del universo, sino más bien un Padre Celestial amoroso y personal que está profundamente interesado en los detalles de nuestra vida.


Muchas personas, incluso los creyentes, no piensan que Dios sea un Padre tan cercano, especialmente si se hallan viviendo en desobediencia. Pero la Escritura se refiere una y otra vez a Él como nuestro “Padre Eterno”./

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