Por: Carlos Ricardo Fondeur Moronta
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Las denuncias por ruidos ambientales han disminuido en la provincia de Santiago, calculándose en un 40% respecto a meses anteriores, pero repuntando a nivel nacional con un 90%, según estadísticas recogidas en los municipios y fuentes oficiales encargadas de su regulación.
En los barrios populares del municipio cabecera, Santiago de los Caballeros, es notoria la ausencia de los llamados grupos de amigos o “Teteos” que utiliza la población juvenil dominicana para compartir tragos, mantenerse al tanto de lo que acontece en el barrio, eludir el estrés y escuchar su música preferida.
Se ha observado una marcada ausencia de las autoridades patrullando en las calles. A pesar de ello, los jóvenes buscan refugio del calor en los lugares más frescos, especialmente en los ríos y piscinas. La mayoría de las denuncias hechas a los organismos de seguridad ciudadana corresponden a ruidos ocasionados por música a alto volumen, que muchas veces sobrepasan los 70 decibeles. El decibelio o decibel es una medida de las ondas sónicas que las valora entre presión, tensión y potencia eléctrica. Los valores internacionalmente aceptados oscilan entre 55 y 60 decibelios, pero en las calles de la República Dominicana suelen alcanzar hasta los 120 decibelios, en ocasiones sin que las autoridades intervengan como ente regulador de las actividades sociales o públicas.
Por ejemplo, durante los días de actividad comercial y en las horas de mayor movimiento, el centro del bullicio se encuentra en la Calle Del Sol con esquina Calle 30 de Marzo, en los alrededores del Parque Duarte, en el Centro Histórico, pero disminuye justo a las cinco de la tarde debido a la incertidumbre creada por la falta de seguridad.
Es en ese momento cuando los comerciantes comienzan a cerrar sus puertas y el tráfico disminuye considerablemente. En cambio, en las áreas del Mercado Modelo, una estructura comercial propiedad de la Alcaldía de Santiago, repleta de negocios de todo tipo y con alto movimiento comercial, el bullicio persiste casi de forma permanente, cerrando con mayor lentitud que los negocios de menor tamaño.
Actualmente, gran parte de los puntos neurálgicos del ambiente sónico se encuentran en las casas de familia, donde los jóvenes, llamados "que manejan cantidades considerables de dinero", realizan juergas comunales que, en algunos casos, obligan al insomnio de los lugareños.
De acuerdo con versiones recogidas en los barrios populares de Santiago de los Caballeros, los llamados “Teteos” se realizan tarde en la noche, pero con el cuidado de evitar la presencia del "camión" de Santiago, un vehículo de transporte diverso de la unidad de Fuerza de Tarea CIUDAD TRANQUILA (CIUTRAN), un organismo creado por el Ministerio de Defensa y la Policía Nacional de la República Dominicana para mantener la tranquilidad en áreas urbanas y comerciales. Dicho organismo cuenta con agentes especializados en el trato directo con la ciudadanía.
Los centros de afluencia turística mantienen un ritmo de contaminación sonora normal, ya que los asistentes a esas zonas prefieren estar dentro del bullicio, que también consideran como parte del "paquete" de la actividad turística. Por ejemplo, en el municipio San Felipe, cabecera de la provincia norteña Puerto Plata, la gente sale tarde en la noche para ver los "Teteos" que realizan los jóvenes del lugar.
Uno de los lugares con más contaminación sonora es la entrada al municipio Esperanza, en la provincia Valverde, aunque no siempre. En muchas ocasiones, los vecinos cercanos se han quejado de los altos ruidos ocasionados por los numerosos negocios que compiten por captar la atención de los viajeros que llegan desde o hacia Santiago, desde Mao y los municipios ubicados a lo largo de la Autopista Duarte, desde Montecristi.
El Cruce de Esperanza es un lugar ubicado en la Carretera Duarte, que va desde el municipio Navarrete, en la provincia Santiago. Al doblar a la izquierda, se encuentra el municipio Esperanza y es la vía hacia Mao, Santiago Rodríguez, Dajabón y Monción. Al seguir dicha vía en dirección recta, se llega a otras comunidades de la provincia Valverde y Montecristi.
El espacio específico para realizar actividades de alto volumen, como música, es el área monumental de Santiago de los Caballeros, justo a la entrada del Monumento a los Héroes de la Restauración, donde se congregan grupos de amigos con sus carros portando bocinas de alto volumen, llegando incluso a alcanzar los 120 decibeles en ocasiones. Estas actividades son reguladas intermitentemente por la unidad anti ruidos de la Policía Nacional o por las unidades policiales ubicadas para la seguridad del área monumental.
En los barrios populares y de tradición musical como Los Pepines, donde se celebra cada fin de semana el "son de Keka", la música parece no molestar a su vecindario. Incluso, lo apoyan, ya que genera una mejoría económica y cultural para esa barriada, donde se presentan grupos de música y baile relacionados con el Son Cubano y dominicano. Prevalece, casi siempre, el gusto por las canciones de Los Ahijados, con Cuco Valoy.
En ese lugar, es frecuente la visita del periodista Luis Domínguez, quien trabajó para Color Visión y otras grandes empresas de comunicación y mantiene un negocio de venta de cigarros y vinos en el ambiente monumental; también, recibe visitas de figuras del mundo artístico nacional.
Otro punto de afluencia en busca de ambiente cálido y festivo es "El Son de Kiwa", que es un invento antagónico al "son de Keka". Como siempre, los pepineros, joyeros y baracoeños llevan siglos antagonizando, pero al final, son la misma cosa: santiagueros que se encuentran y disfrutan del ambiente cálido del verano.
Mientras el "Son de Keka" es representado por la comunidad de Los Pepines, uno de los más antiguos y populosos barrios de la América floreciente, "El Son de Kiwa" también es un espacio en igualdad de condiciones. Sin embargo, por resolución de la Sala Capitular del Ayuntamiento (o Alcaldía, ya casi ni se sabe cuál es el nombre correcto) de Santiago, se emitió una resolución en contra de las actividades organizadas por el conocido locutor José Miguel Roma, "El Cafre", en lo que es el final de la Avenida Hermanas Mirabal, al final, donde se encuentra con la Avenida Mirador del Yaque, en el sector de Baracoa, contiguo al barrio La Joya.
El Ministerio de Salud Pública de la República Dominicana ha hecho un llamado a la población para crear conciencia en torno a los daños que provocan los ruidos y la contaminación sonora, los cuales generan agresión, irritabilidad, influencias en pensamientos, sensibilidad social y una multiplicidad de factores que alteran el orden público y el bien social.
Los ruidos ambientales, culturales o no, están lejos del monumento a las Hermanas Mirabal, que se encuentran en el entronque de las avenidas Las Carreras, Avenida Antonio Guzmán Fernández (antes, General Rafael López, Héroes de la Restauración) y la avenida Imbert, lugar histórico, el centro de este cuadrante, ya que en él se escenificó la batalla del 30 de Marzo de 1844. Pero una cosa no guarda relación con la otra. El centro de la batalla, que no tuvo nada que ver con las Hermanas Mirabal, y al final de esa avenida, menos.
En resumen, en una urbe tan importante y versátil como Santiago de los Caballeros, es necesario establecer puntos de diversión pública donde se respete el medio ambiente, tanto en términos de ruido como de basura generada por la abundante "bebedera", forma icónica del apaciguamiento del estrés provocado por los problemas económicos y sociales, la presión social y el desencanto, que se traduce en música, bailes y ruidos que muchas veces marcan una línea entre la educación y la "chulería".
