Descendientes de Carlos López Westen descubren en Alemania que la herencia de su abuelo en República Dominicana fue sustraída mediante un fraude inmobiliario. Investigan a varios implicados, incluyendo autoridades locales.
Por Amadeo Peralta
En un frío domingo de octubre de 2015, mientras revisaban las redes sociales desde Hamburgo, Alemania, los señores Manfred López-Marx y Carlos Enrique Francisco López, junto a sus familiares, se percataron de que el nombre de su abuelo, Carlos López Westen, aparecía repetidamente en varios medios de prensa de la República Dominicana. Los artículos afirmaban que sus propiedades habían sido sustraídas del patrimonio de su abuelo mediante un fraude inmobiliario, y que él había fallecido en 1934 en una travesía marítima hacia España, sin dejar descendientes. Esto los sorprendió, pues sabían que era falso.
Carlos López Westen, un ciudadano dominicano nacido en Puerto Plata el 29 de abril de 1861, emigró a Alemania a temprana edad. En 1885, se casó en Hamburgo con Friederike Charlotte Mary Rohde, con quien tuvo cinco hijos: Paulina Luisa Isabel López (1887-1961), Blanca Emilia López (1889-1969), Carmen Enriqueta López (1890-1978), Carlos José Ernesto López (1898-1976) y Guillermina Dolores López (1899-1980).
Los descendientes de López Westen descubrieron que la herencia que les correspondía, localizada en Punta Rucia y la playa La Ensenada, en la Parcela No. 10-D del D.C. 02, Luperón, provincia de Puerto Plata, había sido ilegalmente transferida a nombre de una empresa ficticia llamada Franasyl, S.R.L. mediante la falsificación de documentos en el Registro de Títulos de Puerto Plata. Entre las irregularidades, se incluyó la falsificación del acta de defunción de su abuelo, que falsamente establecía que había muerto en Neyba, cuando en realidad falleció en Hamburgo. También se afirmó erróneamente que Carlos López Westen no dejó descendientes, y que la herencia era de sus supuestos hermanos: José, Emilio y Luis López Westen.
La investigación reveló la existencia de múltiples descendientes falsos, incluyendo nombres como Carlos Antonio López Acosta, Gustavo López Acosta, y Manuel Antonio López Acosta, entre otros. También se identificó un supuesto hijo en Imbert, Puerto Plata, registrado en Neyba bajo el nombre de "Eduardo". Se trata de una mafia que, utilizando documentos falsos y artimañas jurídicas, intentaba apoderarse de más de 2 millones de metros cuadrados de terrenos en Punta Rucia y Playa La Ensenada.
Los verdaderos herederos, residentes en Alemania, se enteraron de la situación a través de escándalos y denuncias mediáticas, y se presentaron en la República Dominicana para reclamar sus derechos mediante una litis sobre derechos registrados. Advierten que quienes hayan adquirido títulos fraudulentos en la zona deberán reclamar a los falsificadores que les estafaron. El caso, similar al de la familia Rosario, ha resultado en denuncias, la suspensión de un agrimensor y la investigación de varios alguaciles, abogados, policías, militares y otras personas involucradas en el despojo de propiedades. Los afectados piden a las autoridades judiciales que presten atención a este caso.
