Podemos hablar sobre la miseria desde diferentes aristas y generalmente cuando hablamos del tema, a nuestra mente viene la imagen de una persona desvalida, postergada, harapienta, viviendo en una casa inadecuada.
Sin embargo, a veces la miseria humana se refleja o la encontramos en el comportamiento de quienes por su ignorancia desconocen su rol social.
Este tipo de personas, intentará avasallar a quienes le rodean con acciones inauditas, pues generalmente se creen expertos en todo lo que piensan y hacen, rompiendo con las reglas y normas establecidas dentro del marco de grupos en lo que se desenvuelven.
En ocasiones, estas personas se hacen las víctimas, aprenden hacer teatro sin haber ido a la escuela de artes y a donde llegan tratan de lucirse. Para calmarlas tienes que hacerles halago de grandeza.
Muy frecuentemente escuchamos “mientras más conozco al ser humano más amo a mi perro”, es imposible escaparse de este tipo de personas cuando te desenvuelves e interactúa con grupos humanos.
Nuestra conclusión es que ser miserable no solo es carecer de recursos económicos. Estas personas también desconocen la humildad, la sencillez y sensibilidad humana. En fin carecen de todo tipo de sentimientos de nobleza.
Si quieres estar cerca de “Dios”, practica la humildad, la que te alejará de la miseria humana.