Por José Luis Tavarez
Nuestro país, República Dominicana, tiene una historia de más de 500 años, cuando el español Cristóbal Colón pisó 1492 por primera vez estas hermosas y productivas tierras creyendo haber llegado a la India.
Cada etapa histórica del pueblo dominicano ha tenido su tiempo de materialización; podríamos mencionar la época aborigen, la cual duró hasta que fueron exterminados por los españoles el último reducto de indios taínos en 1565.
Asimismo, tuvo su tiempo la llamada era colonial, durante la cual fuimos propiedad de la gran Colombia, España, Inglaterra, Francia y Haití.
Nuestra primera república la iniciamos en la segunda independencia en 1844, y hasta la fecha vamos por la cuarta era republicana, periodo que se inicio en 1966 con Joaquín Balaguer como presidente.
En diferentes periodos de nuestra historia sucedieron acontecimientos que nos hicieron avanzar como sociedad, significativamente, en los aspectos de la salud, educación, alimentación, producción de bienes y comercialización, energía eléctrica, servicios de agua potable, transporte, telecomunicaciones y grandes vías de comunicación terrestre.
Sin embargo, esos hechos extraordinarios de avance no ocurrieron en unos cuantos años, sino en periodos largos de tiempo, en los cuales influyeron decididamente las clases más progresistas de la sociedad dominicana.
En la tercera república, Rafael Leónidas Trujillo, aun con su despotismo de 30 años, nos dejó un país libre de deudas económicas, inmensos en riquezas, con una buena base para el desarrollo industrial, lo que nos dio la oportunidad de crear un Estado fuerte desde el punto de vista económico y político.
Asimismo en el presente estamos inmersos en la cuarta era republicana; y desde que arrancó con Balaguer en el 1966, todavía hasta el 16 de agosto del año en curso, ningunos de los gobiernos que han administrado el Estado han resuelto los principales males sociales del pueblo dominicano.
En la actualidad seguimos padeciendo los famosos apagones, la carencia de agua potable, la mala calidad educativa colocándonos en los últimos lugares de la región, un servicio de salud deficiente, el caos en el transporte, la inseguridad ciudadana cada día más alta, la impunidad frente a la corrupción en sentido general, la falta de empleos y oportunidades para los jóvenes de la nación.
Frente a este cuadro de males se agrega la falta de conciencia de una clase política, que solamente piensa y actúa en base a sus intereses particulares, de grupos y el surgimiento en el mes de marzo del 2020 de la pandemia del COVID19, los cuales han venido a complicar, agravar más la situación por la que atraviesa la sociedad dominicana.
Igualmente el pueblo dominicano le dio al Partido de la liberación Dominicana (PLD) 20 años de poder y oportunidad para que se casara con la gloria, solucionando los problemas colectivos indicados, y no lo hizo.
Ahora que está en la oposición exige la solución a los mismos cuando en sus gobiernos, durante dos décadas, suficiente tiempo, lo agrandaron más.
Estamos estrenando un nuevo gobierno, encabezado por Luis Abinader, que ha despertado grandemente la esperanza de los dominicanos de aquí y del exterior.
Y lo que ellos, el PLD, no realizaron en tanto tiempo gobernando, se lo están exigiendo al nobel presidente que lo resuelva de LA NOCHE A LA MAÑANA…y NO ES JUSTO…!