Por John Santos
El Arzobispo de Santiago, Monseñor Héctor Rafael Rodríguez, ha alzado su voz con contundencia, poniendo en tela de juicio los operativos de deportación de inmigrantes haitianos en la República Dominicana. Sus declaraciones, emitidas desde Santiago de los Caballeros, resaltan una preocupante realidad: la presunta violación de derechos fundamentales y maltratos durante estos procesos.
Monseñor Rodríguez, quien también preside la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), no se anduvo con rodeos al denunciar irregularidades y abusos documentados. "No todo es correcto, hay maltratos", afirmó, haciendo eco de testimonios compartidos por sacerdotes que han sido testigos directos de estas situaciones. Más alarmante aún, el arzobispo señaló la existencia de un "secreto a voces": la proliferación de negocios ilícitos donde se lucra con el reingreso de los migrantes al país.
La postura de la Iglesia Católica es clara: un rotundo rechazo a cualquier forma de maltrato. Si bien reconoce la soberanía de los países para establecer sus leyes migratorias, enfatiza que su aplicación nunca debe "estropear a personas". En un llamado a la conciencia, Monseñor Rodríguez instó a respetar las provisiones de la Ley de Migración que protegen a grupos vulnerables como mujeres embarazadas, niños, refugiados políticos y ancianos, quienes merecen consideraciones especiales y un trato digno.
Estas importantes declaraciones tuvieron lugar tras la rueda de prensa para anunciar las fiestas patronales de Santiago Apóstol el Mayor, a celebrarse del 16 al 25 de julio de 2025. El arzobispo también aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre la relación de los jóvenes con la fe, señalando que la indiferencia religiosa no es exclusiva de las nuevas generaciones y a menudo tiene sus raíces en la influencia familiar.