Amina, un remanso de serenidad en la provincia de Valverde, se estremece ante la espeluznante danza de la muerte. Un capataz dominicano muere decapitado por un enigmático haitiano, desatando el vértigo de un misterio que se desvanece entre susurros y sombras.
Valentina Garcia
Valverde RD
Amina, una pintoresca comunidad ubicada en la provincia de Valverde, se vio sumida en un abismo de violencia y consternación cuando la tarde de ayer fue testigo de un acto espeluznante que dejó estupefactos a sus habitantes.
En medio de una tranquila finca agrícola, un ciudadano haitiano, perpetró un crimen atroz que ha conmocionado a todos. Agustín Antonio Rodríguez Gómez, un respetado capataz de 53 años, perdió la vida de manera trágica y brutal, decapitado por un certero machetazo.
El fatídico suceso tuvo lugar mientras Agustín realizaba sus labores cotidianas de riego en los terrenos propiedad del hacendado José Augusto Madera. El asesino, en un acto premeditado, llegó en motocicleta y se adentró sigilosamente entre los arbustos cercanos. Movido por una inexplicable sed de sangre, avanzó cautelosamente hacia su víctima por la espalda, aprovechando el factor sorpresa. En un instante, desenvainó un afilado machete y, sin pronunciar una sola palabra, separó la cabeza del cuerpo de Agustín.
El capataz, indefenso y sin oportunidad de reaccionar, cayó desplomado en un charco de sangre, dejando un escenario dantesco tras de sí.
Sin perder tiempo, el homicida se dirigió velozmente hacia el lugar donde había estacionado su motocicleta, buscando desesperadamente escapar de las garras de la justicia. Las autoridades policiales han logrado la captura de un haitiano, cuya identidad se mantiene en reserva, con el objetivo de llevar a cabo una minuciosa investigación.
Además, en la madrugada de hoy, otro individuo de nacionalidad haitiana conocido como Manius Mondesir fue aprehendido, siendo señalado como el principal sospechoso del crimen. Testigos presenciales aseguran haber visto a Manius huir a toda velocidad en una moto roja.
Mientras los curiosos se agolpaban en el lugar del macabro incidente, la Policía Nacional, en colaboración con la médico legista Yosenia Gregorio y un representante del Ministerio Público, procedió al levantamiento del cadáver, llevando a cabo minuciosas diligencias en busca de evidencias que permitan esclarecer el caso.
El cuerpo de Agustín Antonio Rodríguez Gómez fue trasladado a la morgue del Hospital Regional Ing. Luis L. Bogaert en la ciudad de Mao, y posteriormente enviado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) para las correspondientes autopsias.