Reflexiones sobre el arte de escribir, la pasión por el ensayo y la influencia imborrable de un maestro dominicano de la palabra.
Por Carlos Ricardo Fondeur Moronta
Santiago de los Caballeros, República Dominicana. — Desde 1978 me he considerado un ensayista. Apenas habían pasado unos meses desde que nuestro poeta Apolinar Núñez publicara su libro Textos de Pensadores Hispanoamericanos, una antología que reunía a los más avezados literatos de la época. Fue mi hermano Luis Emilio quien me lo trajo desde el Economato de la UASD.
Llevé ese libro conmigo durante años de mi primera juventud, hasta que su lomo dejó en mi mano izquierda una huella imborrable. Hace poco descubrí por qué lo hacía. En realidad, era un tránsito que mi vida debía recorrer.
Con Apolinar aprendí que mi verdadera inclinación literaria era el ensayo, pues mis notas poéticas, sin reglas, fluían como un torrente de retama y café que intentaban asemejarse a sus escritos. Cargaba siempre ese libro y, a veces, lo acompañaba con mi diccionario. Ambos fueron mis entrañables amigos, fieles compañeros que nunca me abandonaron. Hoy, a mis 64 años, los conservo resguardados en mi biblioteca.
Me he mudado tantas veces como la mitad de mis años. Desde niño he visto pasar cientos de personas: amigos, novias, ilusiones que se hicieron realidad y otras que aún esperan en mi "nevera". Me considero ensayista, con mis imperfecciones literarias, pero escribo desde el alma. Así como me siento unido a Isla Negra, al poeta y a Matilde, también estoy atado al Apolinar de aquí, al Baitoa de siempre.
En mis publicaciones de artículos, tanto en medios digitales como impresos, firmo con mi nombre y me reivindico como ensayista, virtud que combino con la crítica de cine. Esta última surgió por azares del destino, cuando fui llamado a preparar la página de cine del periódico El Día, de Santiago. Aunque era dirigente deportivo, acepté el desafío que el tiempo me presentó.
El libro antológico Textos de Pensadores Hispanoamericanos recoge importantes escritos como la Declaración de Independencia del Pueblo Dominicano, de José Núñez de Cáceres; La Creación de la Cultura Dominicana, del venezolano Andrés Bello; El Sistema Colonial, del argentino Domingo F. Sarmiento, entre otros textos de una pléyade de pensadores hispanoamericanos que brillaron por sus reflexiones sobre diversos aspectos políticos y sociales de Iberoamérica en sus respectivas épocas.
El concepto de ensayo literario
Apolinar Núñez, cuya información en redes aparece a menudo simplemente como Apolinar Núñez, es un periodista oriundo de Baitoa, provincia de Santiago, República Dominicana (1946). Estudió en la Universidad Madre y Maestra y, junto a su profesor Carlos Fernández-Rocha, ha publicado antologías de cuentos, poesías, y obras de escritores y ensayistas hispanoamericanos. Su visión sobre el ensayo literario se despliega con cuidado y maestría.
Define el ensayo como “un escrito de extensión imprecisa, pero generalmente breve, que plantea, esclarece, valoriza, comunica ideas, examina, indaga hechos y situaciones, coteja informaciones, reflejando la personalidad del autor en una prosa discursiva, sin excluir algunos toques poéticos expresivos”.
Detenerse en el tiempo para leer a Apolinar Núñez es entrar de lleno al mundo donde la literatura, en todas sus formas, refleja la realidad y nos llena de sentimientos.