Tragedia en la Carretera Guayacanal: "Mataron a mi mamá", el desgarrador testimonio de un niño de tres años tras presenciar un sangriento crimen.

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En un solitario tramo vial, un niño queda marcado por la violencia mientras su madre y otro hombre son asesinados a tiros, desatando interrogantes sobre los oscuros motivos detrás de este doble crimen ocurrido anoche las 8:15 p.m. aproximadamente.

Por Valentina Garcia

Santiago, República Dominicana.- En los áridos confines de la Carretera Guayacanal, donde la oscuridad y el silencio reinan, un terrible acontecimiento dejó su huella en la memoria de Hato del Yaque. Fue una noche donde la tragedia se hizo presente, narrada por el llanto de un niño de tres años que, con su inocencia rota, pronunciaba las palabras más dolorosas que podrían surgir de sus labios: "Mataron a mi mamá".

El pequeño, testigo involuntario de un baño de sangre, quedó marcado para siempre por la violencia que arrancó la vida de su madre, Miguelina, cuyo nombre resonaba en la penumbra como un lamento. Mientras su cuerpo yacía inerte en el pavimento, la comunidad, consternada, se apresuró en brindarle auxilio al desamparado infante.

Una lugareña de Guayacanal relató cómo el niño, visiblemente alterado, fue acogido en su hogar mientras las autoridades asumían su protección. Era un niño que, en su corta edad, había sido testigo de la crueldad humana, arrebatando su inocencia en un instante.

El manto de la tragedia también cubrió a dos hombres, uno identificado solo por el alias de "Tres Pies", cuya vida se desvaneció bajo el peso de una bala perdida. Juan Ramón García Pichardo, conocido como Chachito, lucha por su vida en el hospital regional, su destino pendiendo de un hilo.

En el silencio de la noche, solo interrumpido por el eco de los disparos, la comunidad se vio sacudida por un acto de violencia que desafía la comprensión. ¿Qué oscuras razones llevaron a los perpetradores a llevar a cabo tan atroz agresión en aquel lugar apartado? Los lugareños, entre susurros temerosos, especulan sobre los motivos detrás de la masacre.

La presencia de un único automóvil en el lugar, minutos antes del estallido de la tragedia, arroja más preguntas que respuestas. ¿Quiénes eran los responsables de tan horrendo crimen? Las autoridades, inmersas en la oscuridad de la investigación, recogen los escasos indicios dejados por los culpables.

En las brumas nocturnas de Santiago, el mayor Fernando Valerio, vocero policial, deslizó sus palabras al oído del Diario Cibao. Con la solemnidad de quien custodia secretos sombríos, informó que bajo el manto de la noche, ningún alma afligida había aún reclamado los cuerpos de los fallecidos en el hospital José María Cabral y Báez

Mientras tanto, en el corazón de la noche, la Carretera Guayacanal se convierte en testigo mudo de una historia que se teje con los hilos de la violencia y el misterio, dejando tras de sí un sendero de dolor y desolación en una comunidad que lucha por comprender un acto de barbarie que desafía toda lógica y comprensión.

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