El tabaco es el segundo producto de exportación del país, cultivado en 15 provincias, con fuerte impacto económico, social y cultural nacional.
Santiago, República Dominicana. – El tabaco continúa consolidándose como uno de los principales pilares del desarrollo agroindustrial en República Dominicana. Así lo informó el Instituto del Tabaco (Intabaco), al destacar que actualmente existen 29 zonas tabacaleras activas distribuidas en 15 provincias del país, con una producción anual que supera los 330 mil quintales.
Durante una rueda de prensa, el director del Intabaco, Iván Hernández Guzmán, precisó que este cultivo ocupa más de 150,000 tareas de tierra, lo que posiciona al tabaco como el segundo producto de exportación del país, solo por detrás de los insumos médicos.
Santiago lidera la producción nacional, aportando cerca del 51 % del total, gracias a sus condiciones climáticas y edáficas favorables, así como a su fuerte tradición tabacalera.
Otras provincias productoras son Montecristi, Santiago Rodríguez, Dajabón, Valverde, Puerto Plata, Espaillat, La Vega, Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez, Monte Plata, Hato Mayor, San Juan, Azua y Elías Piña.
La siembra se lleva a cabo entre octubre y febrero, con un ciclo de cultivo promedio de 120 días. Las condiciones tropicales del país favorecen el desarrollo del tabaco, siempre que los suelos estén certificados.
Las variedades más utilizadas en la producción de puros premium incluyen el Olor Dominicano (suave), el Havanensis (fuerte) y diversos híbridos como el Havanensis Introducido, Criollos Locales y Cultivados por Capas.
El Intabaco se encarga de certificar los suelos, garantizar su calidad, y brindar asistencia técnica a más de 3,500 productores, desde análisis de suelo hasta entrega de semillas y capacitación.
En el país operan 127 fábricas formales, incluyendo 27 en zonas francas y 50 emergentes. Este sector genera más de 110 mil empleos directos e indirectos y reporta exportaciones anuales que superan los 1,340 millones de dólares.
Además, la institución emite certificaciones y autorizaciones para la exportación e importación de materias primas, asegurando el cumplimiento de los estándares internacionales. Hernández Guzmán subrayó que este crecimiento impulsa la economía, fortalece la formación técnica de jóvenes y preserva una tradición agrícola de alto valor cultural.