Diario Cibao Por Nicolás Arroyo Ramos. SANTO DOMINGO.- El Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta destacó que la producción de tabaco constituye una dinámica y floreciente industria nacional, con un gran impacto en la vida social, económica y el turismo y cuya exportación de cigarros a los distintos mercados del mundo genera divisas estimadas en casi 800 millones de dólares anualmente.
“Los dominicanos somos líderes mundial en la exportación de tabaco, con una industria cada día más floreciente, dinámica y prospera, y con unos cigarros que por su buena fama, calidad y exquisito sabor nuestros tienen una gran demanda en los distintos mercados del mundo”, resaltó.
Al hablar desde el módulo del Instituto del Tabaco de la República Dominicana (INTABACO), instalado en la Feria Feria Agroalimentaria, Tabaco y Bebidas 2017, organizada por la Junta Agroempresarial Dominicana JAD) y el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), en el Hotel Jaragua de la Capital, el Ministro Administrativo de la presidencia, manifestó que la producción de tabaco es toda una formidable industria nacional, con impacto en la vida social, económica y el turismo dominicano.
Peralta, quien compartió en el módulo del INTABACO con el director ejecutivo de la entidad, ingeniero agrónomo Juan Francisco Caraballo y los directivos de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) y organizadores de la Feria Agroalimentaria, del Tabaco y Bebidas, Osmar Benítez y José López, mostró con orgullo el prestigio que tienen los cigarros dominicanos en todo el mundo y el potencial de que tiene esta industria.
Manifestó que más de 350 familias viven de la producción de tabaco en el país generando divisas casi por los 800 millones de dólares al año, indicando que el cultivo de tabaco es una actividad tradicional en todo el territorio nacional, generando toda una dinámica productiva nacional que involucra a familias enteras en distintos lugres del país, por lo que tiene un impacto en vida social, económica y el turismo dominicano.
Por Nicolás Arroyo Ramos