
Por más de cuatro décadas, esta parada ha sido el epicentro de la identidad y resistencia cultural de la diáspora dominicana en EE.UU.
Por John Santos
NUEVA YORK — En un estallido de color, ritmo y fervor patriótico, el Bronx volvió a vestirse de rojo, azul y blanco este domingo 27 de julio durante la celebración de La Gran Parada Dominicana del Bronx. Lo que comenzó como una expresión de orgullo nacional se ha convertido en una plataforma de unidad, diversidad y herencia cultural que trasciende generaciones.
Más de 25 carrozas y alrededor de 85 grupos culturales, tanto de la República Dominicana como de distintos rincones de Estados Unidos, tomaron la avenida Grand Concourse con banderas ondeando al viento, trajes típicos y ritmos caribeños que marcaron el pulso de la jornada.
“Aquí hay gente viviente”, exclamó Felipe Febles, fundador y director ejecutivo del desfile, al referirse al espíritu popular que define el Bronx frente al lujo distante de otras zonas neoyorquinas. “Nosotros estamos donde está el pueblo”.
A pesar de los pronósticos meteorológicos que anunciaban un 35 por ciento de probabilidad de lluvia, la asistencia superó las expectativas. Cientos de miles de personas se volcaron a las calles para celebrar una de las festividades más emblemáticas de la diáspora dominicana, que este año alcanzó cifras récord en participación.
Figuras como el cónsul dominicano en Nueva York, Jesús (Chu) Vásquez, y Curtis Sliwa —representante de la alcaldía neoyorquina y uno de los padrinos del desfile— se sumaron al evento, destacando su carácter inclusivo y transversal. “Esta es una parada abierta para todos los grupos étnicos, políticos, culturales y religiosos”, enfatizó Febles.
El desfile también contó con la presencia del Instituto Duartiano, el Colegio Dominicano de Periodistas y la Casa Cultural de Juan Pablo Duarte. Comparsas como Los Faraones de Santiago, La Comparsa de la Risa y Los Tuareg aportaron al espectáculo visual y folclórico, junto a ligas deportivas como la Vitilla Dominicana USA y la Liga Barahonera de Softball.
Con más de 40 años de historia, La Gran Parada Dominicana del Bronx se ha consolidado como el evento cultural dominicano más multitudinario fuera del país caribeño. Más que una celebración, es una afirmación de identidad: un eco del merengue, la bachata y la resistencia que resuena entre los edificios del Bronx y en los corazones de quienes, a miles de kilómetros, siguen llamando “patria” a la isla.
La seguridad fue otro de los puntos destacados. Cientos de agentes de la policía neoyorquina custodiaron el evento sin reportes de incidentes, permitiendo que la celebración transcurriera con alegría y sin contratiempos.
Y mientras algunas asistentes rememoraban con picardía aquel viejo himno del Gran Combo de Puerto Rico —Un verano en Nueva York— por la ligereza de ciertos atuendos, la esencia del evento quedó clara: una comunidad que no olvida de dónde viene y que celebra con orgullo quién es.