
A pesar de heredar una deuda abrumadora, la gestión de Dío Astacio muestra resultados concretos en limpieza, seguridad y obras municipales esenciales.
Por: Julio César García Mazara, MA
La reciente rendición de cuentas del alcalde de Santo Domingo Este, Dío Astacio, revela un escenario de contrastes: una gestión marcada por una pesada carga financiera heredada y, a la vez, por avances concretos en áreas clave de la administración municipal.
El dato más impactante presentado por Astacio fue la deuda encontrada al asumir el cargo: RD$1,723 millones, acompañada de un presupuesto ya comprometido en más de la mitad durante apenas los primeros cuatro meses de 2024. Esta cifra contrasta drásticamente con la versión de su antecesor, Manuel Jiménez, quien asegura haber dejado un pasivo de RD$445.3 millones. La discrepancia levanta la necesidad urgente de una auditoría independiente que esclarezca la verdadera situación financiera de la Alcaldía y determine eventuales responsabilidades administrativas.
El desglose detallado de las deudas ofrecido por Astacio aporta un elemento de transparencia, incluyendo compromisos con proveedores, deudas por adquisición de equipos, pagos de impuestos y prestaciones laborales pendientes desde hace casi una década. Más allá del monto, destaca la capacidad de la actual administración para renegociar, amortizar y planificar el pago, como evidencian los acuerdos con Colusa, los avances en pagos a la DGII y las indemnizaciones a ex empleados.
Resultados en áreas críticas
Más allá de las cifras en rojo, el balance destaca importantes logros operativos. Uno de los más notorios es la mejora en la gestión de residuos sólidos. La cobertura pasó del 50 % al 70 %, duplicándose prácticamente la cantidad de basura recolectada, eliminándose vertederos improvisados y optimizándose la logística mediante nuevas rutas y adquisición de equipos. Este avance no solo responde a necesidades estéticas o ambientales, sino que incide directamente en la salud pública y la calidad de vida de los munícipes.
En infraestructura urbana, la intervención en drenaje —mediante instalación de nuevos filtrantes, limpieza de colectores y retiro de sedimentos— apunta a resolver una de las problemáticas más recurrentes del Gran Santo Domingo: las inundaciones. Aunque no siempre visibles a simple vista, estas obras generan impactos duraderos cuando se ejecutan de forma sistemática.
Seguridad y gobernabilidad
Otro dato relevante fue la reducción de la tasa de homicidios, que pasó de 11.23 % a 5.29 % por cada 100,000 habitantes en poco más de un año. Esto posiciona a Santo Domingo Este como el segundo municipio más seguro del país, según el alcalde. En un contexto donde la percepción de inseguridad es alta, este logro refleja una coordinación efectiva entre la Policía Municipal y otros organismos de seguridad ciudadana. El fortalecimiento del cuerpo policial, su despliegue por cuadrantes y la recuperación de espacios públicos evidencian un enfoque integral en materia de seguridad.
Gobernar en crisis: ¿un modelo replicable?
La gestión de Dío Astacio demuestra que, incluso bajo severas restricciones económicas, es posible generar resultados si se cuenta con organización, planificación y capacidad de renegociación. No obstante, estos avances no eximen a su administración de la obligación de profundizar en la transparencia, particularmente respecto a la deuda heredada.
El primer año de gestión ha sido, sin duda, una prueba de fuego. El manejo responsable de las finanzas, las mejoras en servicios básicos y la reducción de la criminalidad sugieren que la Alcaldía atraviesa una etapa de reordenamiento. Sin embargo, la verdadera medida del éxito no se reflejará únicamente en toneladas de basura recogidas o metros de calles reparadas, sino en la capacidad de institucionalizar buenas prácticas, garantizar su continuidad y rendir cuentas con el mismo rigor con que hoy se señalan los errores del pasado.