Autor: Jordi Oriola Folch
En las últimas elecciones autonómicas en Cataluña de 2021, los partidos independentistas obtuvieron el 52% de los votos, reafirmando el deseo del pueblo catalán de decidir su salida del Estado español. Sin embargo, a pesar de este resultado, no se han llevado a cabo políticas concretas hacia la autodeterminación por parte del Gobierno catalán, lo que ha generado descontento y desconfianza entre los votantes independentistas.
En las elecciones municipales del 28 de mayo, se registró una gran abstención por parte de los votantes independentistas como forma de castigo hacia los propios partidos independentistas. Esta abstención ha sido interpretada como un mensaje contundente para que los partidos rectifiquen su estrategia y no posterguen la independencia de Cataluña.
La abstención aumentó en 530,000 votantes (+10%), principalmente entre los partidos independentistas, con una pérdida significativa de votos para ERC (-37%), la CUP (-25%), y un ligero aumento para JUNTS (+3%). Este incremento en la abstención se atribuye a los independentistas más convencidos, quienes buscan enviar un fuerte mensaje a los partidos para que rectifiquen su enfoque.
En cuanto a la alcaldía de Barcelona, a pesar de que JUNTS haya ganado la primera posición, la coalición JUNTS-ERC no logró obtener el gobierno debido a un pacto forzado entre partidos anti-independentistas, que finalmente otorgó la alcaldía a un candidato socialista.
Cabe mencionar que, justo al finalizar estas elecciones municipales, el Gobierno español anunció la convocatoria de elecciones estatales para el 23 de julio. En este sentido, será interesante observar si los votantes independentistas persisten en su estrategia de castigar a los partidos independentistas para provocar una reacción. También estaremos atentos para comprobar si en España se consolida el poder de la derecha del PP y la extrema derecha de VOX, como pronostican las encuestas.