Crónica de desesperanza en Monte Rico Primero: Aguas residuales ahogan la vida de un pueblo en el silencio de las autoridades

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En las calles de Monte Rico Primero, donde las aguas negras cuentan su propia tragedia, el silencio de las autoridades y la desesperación de los moradores se entrelazan en un drama olvidado.

Por Valentina Garcia

En las calles polvorientas de Monte Rico Primero, un sector olvidado en el distrito municipal Santiago Oeste, la tragedia se teje silenciosamente entre las sombras de aguas negras que serpentean por las vías principales. El escenario, más propio de un relato distópico que de la vida cotidiana, es el resultado del desbordamiento de las cañerías averiadas en la calle 10.

Las aguas, en lugar de ser el elemento vital que fluye con armonía, se convierten en un torrente malsano que lleva consigo el presagio de un brote epidémico. El destino final de esta corriente desgarradora es la calle 1 y, finalmente, la avenida Circunvalación del sector El Ingenio.

En este lugar, el hedor que desprenden las aguas putrefactas ha tomado residencia en cada rincón de los hogares y negocios, convirtiendo la vida en un desafío constante, según relatan los moradores Domingo Batista y la señora Juliana.

Los moradores de Monte Rico Primero, sumidos en la desesperación, llevan meses elevando sus voces ante las autoridades competentes. Sin embargo, la respuesta de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado (Coraasan) ha sido un silencio tan profundo como el pozo sin fondo de la calle 10. Las quejas, reiteradas y desesperadas, se desvanecen en la nada, sin eco ni respuesta.

La indiferencia oficial profundiza la crisis en este rincón desfavorecido de Santiago Oeste. Las enfermedades transmitidas por el agua acechan, pero la atención gubernamental parece más esquiva que nunca. Las esperanzas de la comunidad se deslizan como las aguas pestilentes por las calles, llevándose consigo la posibilidad de una vida digna.

Monte Rico Primero, lejos de ser un simple escenario de una noticia, es el protagonista de una crónica de desolación. La urgencia de una acción inmediata se vuelve imperativa, mientras la comunidad clama por la atención que se les ha negado durante tanto tiempo. La historia de Monte Rico Primero, entre aguas negras y silencios oficiales, espera ansiosamente el giro que la libere de este oscuro capítulo de su existencia.

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